Si nos fiamos de los números, el Espanyol debería estar hundido en la clasificación. Pero ahí está, peleando con uñas y dientes en Primera, desafiando las estadísticas con una efectividad que no tiene explicación matemática, pero sí futbolística. Como cada semana, Joan Camí ha desgranado en La Grada Ràdio los datos que explican, o más bien tratan de explicar, lo que vemos sobre el césped.
“Traigo unas estadísticas obtenidas a través de una plataforma futbolística que se utiliza en el mundo del scouting, y la sensación nos dicen lo que vemos en los partidos del Espanyol“, comienza Camí, dejando claro que los números, aunque fríos, muchas veces refuerzan lo que ya intuimos viendo al equipo.
Y el primer dato que salta a la vista es la efectividad ofensiva. “Respecto a los goles esperados, la probabilidad de marcar un gol en determinadas acciones, el Espanyol tiene hasta ahora un 21,6, tendría que haber anotado 21 y ha marcado 26. Son 5 más de los que en teoría debería haber marcado, es decir, tiene más efectividad de la que marcan los números”. Un dato que, lejos de ser una casualidad, confirma que cuando el equipo llega, lo hace con intención… porque tampoco es que llegue demasiado.
De hecho, los números de posesión y generación de juego son contundentes: “El porcentaje de posesión de pelota, algo que trae mucho debate: con un 38,0% es el equipo que menos tiene de toda la Primera división, lo que indica qué tipo de equipo es el Espanyol“. Y si miramos la cantidad de remates, la cosa no mejora: “El Espanyol lleva hasta ahora 214 remates, el registro más bajo de Primera; un 28% fueron a portería, también el más bajo de la categoría”. Sí, el Espanyol es el equipo que menos chuta en la Liga.
A partir de aquí, la pregunta es evidente: ¿cómo puede sobrevivir con estos registros? La respuesta tiene dos nombres clave. En ataque, una pegada superior a la que indican las cifras. Y en defensa, un portero que está siendo diferencial. “Respecto a los goles esperados en contra, sería de 43 y ha recibido 39, cuatro menos, algo que se explica en gran medida por Joan García“, apunta Camí.
Al final, todo se reduce a una de adaptación a una realidad muy concreta. “Todo debe ser puesto en contexto y no extraer conclusiones definitivas: al Espanyol le cuesta mucho generar ocasiones de gol, pero contra el Mallorca no chuta a portería pero protagoniza dos acciones que llevaron mucho peligro. Tiene mucho mérito no estar en descenso con estos registros, porque llega muy poco, el que menos de Primera, y ha de ser efectivo estando muy lejos de la portería rival, lo que hace que los jugadores llegan cansados”, analiza Camí.
Pero si algo está claro es que este equipo ha encontrado la manera de sobrevivir en un ecosistema que parece diseñado para ponerlo en aprietos. “Insisto, tiene mucho mérito porque si hacemos caso de los números el Espanyol debería estar más abajo. Juega con un riesgo elevadísimo sabiendo que tendrás pocas ocasiones y que te llegarán mucho, eso te habla bien de rendimientos individuales de diferentes jugadores en este 2025, en que ha habido un cambio que ha hecho que el equipo esté más cómodo, con un sistema de juego que puede jugar menos pero que ha sido la clave”.
En definitiva, el Espanyol no juega bonito, ni siquiera juega mucho. Pero lo que hace, lo hace bien. Y en una Liga donde los errores se pagan caros, está logrando esquivar el destino que los números parecían marcarle.