Este domingo se cumplirá una semana desde el ascenso del RCD Espanyol a Primera división, de esa clave 2-0 al Real Oviedo. Miles de pericos lo siguieron en directo en estadio, y otros muchos lo hicieron desde la distancia, unidos todos por un mismo deseo, volver a ver el equipo de su corazón en la máxima categoría tras un año de máximo sufrimiento-. Roger Requena refleja en las páginas del diario ‘Ara’ cómo vivieron esa histórica jornada una decena de ilustres seguidores del Espanyol pertenecientes al mundo de la política, el deporte, el periodismo o la publicidad.
El prestigioso publicista Toni Segarra reconoce que “me costó horrores ver la eliminatoria contra la Sporting y no fui capaz de ver la del Oviedo. Sufro demasiado. Acepté una invitación para un maravilloso festival de música en Tavertet. Casi sin cobertura, era ideal. Pero aun así iba recibiendo whatsapps y me puse muy nervioso. Decidí no mirar el móvil. A mi mujer le llegó un tuit del segundo gol de Puado y sentí esta desazón pesimista del perico antiguo. Decidí no volver a mirarlo hasta que la cosa hubiera acabado. Cuando faltaban diez minutos estaba temblando. Escondido entre árboles, haciendo ver que asistía a un maravilloso recital de piano. Cada canción me decía a mí mismo ‘Cuando acabe esta, miras el móvil’. Pero no me atreví. Seguía temblando. Entonces, vi mi mujer con el móvil en la mano y feliz. Allá lo supe. Quería gritar, pero no salía nada. Estreché los puños muy fuerte mucho rato. Miré el móvil: decenas de mensajes de felicitación. Intenté responder pero temblaba exageradamente. Paseé por el bosque, escuchando la música. El temblor marchó al cabo de dos horas. Encontré mucho a faltar haber ido al campo, pero suerte que no fui”.
Xavier García Albiol, político del PPC y alcalde de Badalona, reconoce que “tenía muchas dudas, porque el Espanyol había dado muy mala imagen esta temporada y me preocupaba que en el tramo final al equipo le había costado mucho hacer goles. Por eso, y por el miedo característico de los seguidores del Espanyol, iba con mucha preocupación. Vi el partido lleno de nervios. En el minuto 20 me tuve que levantar de mi asiento y fui al bar. La jefa de protocolo del club vio como estaba y me dio unas gotas tranquilizantes. Y aún suerte que mi hijo era a la otra banda del campo, que si no me habría levantado y habríamos marchado. Estaba preocupado, seguramente, de forma injustificada. Cuando marcaron los dos goles me relajé. A pesar de pasarlo muy mal, todo acabó de forma fantástica y nos emocionamos juntos. Ahora, a esperar que hagan un equipo competitivo y no tengamos que estar sufriendo cómo hemos hecho la mayor parte de nuestra existencia. Solo he vivido dos alegrías como socio del Espanyol: las Copas del Rey del 2000 y del 2006. El resto es mediocridad o sufrimiento”.
El comunicador Sergi Mas explica que “era un partido que el equipo podía perder, pero que los forofos no nos lo podíamos perder. Comí en el Splau, que tenía un aspecto de final de Glasgow del 2007. Había mucha gente con la camiseta del Espanyol. Olía a final, porque lo era, para el club y para el equipo. Creía que quedaríamos 3-1, pero nadie tenía una cara convencida. La pericada llevaba toda la semana sufriendo, un sufrimiento muy perico. Y más de medio país quería que ganara el Oviedo: no solo en Catalunya, también en España. Durante el partido, la sensación fue de mucha seguridad, porque vi la defensa muy sólida. Sufría porque nos marcaran en un contraataque. Ellos no empezaron a apretar hasta el minuto 70. El resto de partido perdieron tiempo. Cuando marcamos el primero, abracé muy fuerte mi hijo mayor, de 25 años. Y cuando todavía me recolocaba a la silla, marcamos el segundo y lo volví a abrazar, todavía más fuerte. Al acabar, mi hijo me dijo de bajar al césped. Esto no entraba en mi esquema, pero pensé ‘¿Cuántas veces mi hijo me podrá preguntar si bajamos al césped?’ Y sí, bajamos juntos. A pesar de que no había nada a celebrar, porque lo normal era que el Espanyol disputara la 88.ª temporada en Primera, era la verbena, quedamos con unos amigos que no son pericos y brindaron conmigo: por mí y por mi felicidad”.
Para nuestro olímpico Ander Mirambell, “fue uno de los días más importantes como perico. Por la mañana fui al gimnasio para sacar el estrés. Después, fuimos a comer con la familia Mirambell, que tenemos ocho carnés de socio del Espanyol. Para mí el fútbol siempre ha sido familia, el momento que se vive más allá del partido. Ser perico significa mucho más que fútbol. La clave de por qué el Espanyol continúa sobreviviendo a todo es que tiene familias que continúan con este sentimiento y llevan el ADN perico. Lo pasé con bastantes nervios y piel de gallina. En la celebración de los goles, los Mirambell casi caemos a la grada inferior después de hacer una bola de gente que se abrazaba. Parecíamos castellers. Fue mágico. Para mí era el partido más importante de la historia del club. Ir 2-0 al descanso nos sacó buena parte de los nervios. Celebramos el ascenso en la grada y marché rápido al coche porque quería llegar a casa y celebrarlo con mi hijo Kai, que es pequeño y no pudo venir. Después celebramos la verbena en la playa. La gente me felicitaba mientras echábamos petardos, también por mensaje, desde Madrid, los Estados Unidos y desde instituciones extranjeras. No somos conscientes de cómo es de importante el Espanyol en Cataluña e internacionalmente”.
La ex waterpolista Jennifer Pareja recuerda que “vi el partido sola en casa. Llevaba todo el día nerviosa. Antes del partido tenía miedo, no lo veía claro. Pensaba que marcaríamos, pero veía una prórroga y sufrimiento. Los goles los celebré al sofá, pero como si estuviera en el campo. En el 2-0 fui hacia la habitación a ponerme, de entre todas las camisetas del Espanyol que tengo, la del Jarque con el 21, que es la de la suerte. Acabé el partido disfrutando y sufriendo hasta el final, no lo pude evitar. Algunos seguidores del Oviedo que conozco me iban felicitando y diciendo que ya lo teníamos hecho, pero hasta que el árbitro no pitó el final no estuve tranquila. Fue muy emocionante, acabé contenta y feliz para estar donde nos merecemos después de un año en que hemos sufrido mucho”.
Éste es el relato de Salvador Illa, primer secretario del PSC: “Era un día especial para mí porque tenía un compromiso familiar. Cada año nos reunimos con la familia de mi mujer para celebrar San Juan y no pude ir al campo. Tuve que seguir una parte del partido por teléfono y la otra por la radio, volviendo hacia casa. Los dos goles los escuché por la radio. Fue un momento de mucha emoción, porque no era un partido sencillo, pero por el que vi hubo una voluntad clara desde el principio de ir a ganar y buscar la victoria. Lo celebré con la familia, con los hermanos y con el padre, que también es mucho perico”.
Otro político, Jordi Turull, secretario general de Junts, explica que siguió el partido “en casa de un amigo en Alpens, donde iba de verbena. Estuve escuchando el partido por la radio con el móvil. También iba hablando por mensaje con algunos amigos que estaban en el campo y que me enviaban fotografías. A ratos apagaba la radio y seguía el partido por las redes sociales, porque escuchar el fútbol por la radio me pone nervioso”.
Gabriel Rufián, portavoz de ERC en el Congreso, siguió el partido “con mi hijo de cinco meses en sofá y paseando por el comedor, sufriendo como corresponde a cualquier forofo de equipo humilde. Hemos vuelto donde nos tocaba volver, y más que contentos estamos aliviados”.
Finalmente, la ex perica y actual jugadora de la Fiorentina Vero Boquete relata: “Estoy en Alemania comentando los partidos del Eurocopa con TVE. El nivel de nervios que tenía era altísimo desde la mañana misma. Tengo un grupo de amigas pericas y estábamos todas al lado del ataque de nervios. Me tocó vivir el partido sola desde Berlín, y en la hora del partido entré en la habitación y lo vi sola, en silencio… y a gritos. Los últimos minutos ya los seguí en la sede de TVE, porque entraba en directo. La sonrisa no se me borró hasta la noche, cuando me tomé una buena cerveza a la salud de todos los pericos. ¡Qué temporada más dura!”
