El Espanyol afronta la visita del Atlético de Madrid con la tranquilidad de saber que Manolo González podrá volver a contar con su once de confianza. El equipo que, jornada tras jornada, le ha dado una cierta estabilidad, en mejor rendimiento respecto a la primera fase del curso y, sobre todo, resultados. No es una cuestión menor, en concreto si nos fijamos en determinadas zonas del campo, por ejemplo, la medular. Y es que siempre que el técnico gallego ha podido alinear a su centro del campo de referencia, el considerado titularísimo en este momento del curso, el equipo ha logrado buenos resultados. En cambio, cuando ha tenido que tocarlo, las consecuencias han sido evidentes a nivel de marcador.

No pudo mantenerlo en Mallorca, donde la sanción de Pol Lozano le obligó a buscar un recambio. El elegido fue Edu Expósito, pero el resultado no acompañó. Derrota en Son Moix y más allá de la decisiva participación del colegiado Quintero González y de la intervención fatídica de Del Cerro Grande desde la sala VOR, sensación de que el equipo no tuvo el control habitual. Lo mismo ocurrió en el Reale Arena, donde la famosa ‘cláusula del miedo’ impidió a Urko González de Zárate jugar ante la Real Sociedad, y para colmo, Pol Lozano se cayó del once en el último momento por molestias, habiendo de entrar en su lugar Álvaro Aguado. El desenlace: otra derrota. Son los dos únicos tropiezos del Espanyol en esta fase del campeonato.

Urko, Pol y Král, el triángulo que funciona
Desde que Urko llegó en el mercado invernal, el Espanyol ha encontrado en él y en Pol Lozano un doble pivote que ha sido sinónimo de equilibrio y solidez. Su presencia ha coincidido con la mejor racha del equipo y con la sensación de que, por fin, el centro del campo ha encontrado su identidad. Esta solución ha hecho que Álex Král haya tenido que desplazarse a posiciones más adelantadas, donde no luce tanto como en ese rol de pivote en el que deslumbró en sus primeras semanas como perico.

Un Espanyol más reconocible ante el Atlético
El sábado, a las 16:15 horas, el Espanyol tendrá una prueba de altura ante un Atlético de Madrid que llega con la necesidad de reivindicarse tras sufrir una serie de dolorosos varapalos tanto en Liga como en Champions. Pero lo hará con una gran noticia: podrá contar con su centro del campo habitual. Con sus tres hombres clave en la medular, el equipo ha sumado puntos y ha demostrado su capacidad de convertirse en un rival incómodo para cualquiera.
Manolo González sabe que recuperar su estructura es clave para mantener la línea ascendente. Con su once tipo sobre el césped, el Espanyol aspira a dar la sorpresa ante los colchoneros y seguir sumando en su pelea por la permanencia.
