No está gozando de un buen comienzo de campaña el Espanyol B. Los blanquiazules se sitúan en undécima posición, colistas, tras haber jugado cinco encuentros y sumar únicamente cuatro puntos, a seis de un liderato que comparten Cornellà y el sorprendente L’Hospitalet. El cuadro espanyolista está pagando cara su juventud e inexperiencia en un subgrupo 3A muy duro en el que cada punto es oro debido a la importancia de esta campaña. De ningún modo los blanquiazules pueden permitirse acabar entre los cuatro últimos, posiciones que hacen que el equipo dispute la fase de permanencia en la categoría, la cual la próxima campaña será la cuarta del fútbol español con la creación de una intermedia entre LaLiga SmartBank y la Segunda División B: la Primera RFEF.
El filial perico mejoró sus prestaciones contra el Llagostera, pero se volvió de vacío. El regreso al centro de la zaga de Lluís Recasens dio al equipo mejor salida de balón, y los espanyolistas dominaron el encuentro durante muchas fases de este a pesar de no poder contar, por segunda jornada consecutiva, con el jugador que está destinado a crear el juego del equipo, Dani Villahermosa. Gori, jugador en edad juvenil encargado de suplirlo durante su baja, ha cogido encantado la batuta del Espanyol B. En tierras gerundeneses, de manera mucho más acertada que en la jornada anterior contra el Lleida.
Pero a pesar de la mejora, el filial blanquiazul cosechó su tercera derrota seguida y su entrenador, José Aurelio Gay, se fue cabizbajo. Tocado, porque sabe que este Espanyol B tiene calidad y nivel y ha plantado cara en todos los encuentros, pero le está fallando lo más importante: el dominio de las áreas. El domingo, nueva oportunidad de mejorar a partir de las 12.00 horas en el Municipal de Badalona ante el cuadro escapulado, en un encuentro nada fácil.
Problemas arriba y abajo
¿De qué sirve ser mejor que tu rival si no estás acertado defendiendo y cara a puerta? Eso fue lo que le pasó al Espanyol B en Llagostera. Los blanquiazules, tras un arranque rival muy fuerte, se asentaron sobre el terreno de juego y pasaron a jugar en campo gerundense, aunque sin apenas inquietar a Marcos Pérez, el portero del Llagostera. Es más, el cancerbero tan solo tuvo que intervenir en un par de ocasiones en todo el duelo. Sin ‘punch’ arriba, los blanquiazules pagaron caro tener la pólvora seca.
No se puede decir que el Espanyol B perdonara, porque ocasiones claras, lo que se dice claras, no hubo. Y sin ello, siempre estás más cerca de perder que de ganar, tal y como le ocurrió al equipo, que se quedó a cero por primera vez esta campaña. Los blanquiazules no estaban un partido sin marcar desde el pasado 23 de febrero, cuando cayó por 2-0 ante La Nucía en encuentro correspondiente a la jornada 26 del pasado curso.
Si no puedes marcar, al menos defiende fuerte, pero en esta faceta los errores individuales están matando al equipo. El filial ya suma diez tantos en contra, una media de dos por partido, y solo está superado en esta faceta por el CD Marino, del subgrupo 4A, conjunto que ha encajado 11 dianas. Nuevamente fallos de marca permitieron los dos tantos del Llagostera, y cuesta recordar un gol que haya llegado únicamente por mérito del rival.
Tres derrotas seguidas dos años después
Nuevamente en un mes de noviembre, como en la campaña 2018-19, el Espanyol B ha enlazado tres derrotas consecutivas. Dos años después, el filial blanquiazul vuelve a atravesar un bache que no augura nada bueno. Las derrotas ante L’Hospitalet (2-1), Lleida (1-3) y Llagostera (2-0) son el peor momento de José Aurelio Gay como técnico del filial, ya que la última vez que los blanquiazules no sumaron en tres jornadas seguidas fue con David Gallego al mando. En aquella ocasión el equipo cayó ante Atlético Baleares (2-0), Ontinyent (0-1) y Villarreal B (3-1), pero se recuperó y acabó a un punto del ‘play-off’ de ascenso. Un buen ejemplo a seguir para el actual Espanyol B.
Que sorpresa. A imagen y semejanza del primer equipo. Apañados estamos si esperamos que los jugadores del B nos solucionarán el problemon en el futuro.