Ha hecho falta menos de una vuelta para que Lluís Planagumà demuestre que fue un error dejarlo marchar en su día. Formado como míster en el fútbol base blanquiazul, se fue en busca de nuevos retos profesionales y volvió el pasado verano para dirigir al Espanyol B. Con casi media temporada disputada, el filial marcha segundo y huele a play-off de ascenso.
Regresó a la entidad espanyolista este pasado verano. ¿Qué balance hace de sus primeros meses como entrenador del filial?
Muy positivo, independientemente de los resultados. Me he sentido muy cómodo en todo momento, la gente me ha ayudado a adaptarme de modo muy rápido. El área deportiva está confiando en mí y eso es de agradecer; trato de devolver esta confianza con trabajo y que luego éste se vea reflejado en los partidos que disputa el filial.
El equipo ha llegado al parón invernal en segunda posición, a un solo punto del líder. Cuando se incorporó al proyecto del filial, ¿esperaba estar en esta posición privilegiada a final de año?
No, las expectativas a nivel de equipo no son estas, pero si estamos arriba en la tabla es porque el equipo ha hecho méritos para merecerlo, no solo por puntos sino también por trabajo y juego.
Los rivales les tienen mucho respeto e incluso afirman que son ustedes serios candidatos a disputar el play-off. ¿Opina lo mismo?
Los favoritos a quedar entre los cuatro primeros son equipos históricos que han jugado en Primera División y los que han hecho importantes inversiones para ascender, como son el Hércules, el Nàstic, el Reus, el Lleida o el Huracán. A partir de aquí, nosotros tenemos que seguir trabajando como lo estamos haciendo y ya veremos al final dónde estamos.
* El resto de la entrevista la podrás leer en la edición papel del sábado 27 de diciembre. ¡Te esperamos en los quioscos!