La pasada semana se acabó la segunda etapa de Lucas Porcar en el Espanyol. El futbolista, que llegó en verano para aportar experiencia al filial, llegó a un acuerdo con la entidad blanquiazul para romper su contrato. Lucas no cumplió las expectativas en ningún momento y, ante la falta de oportunidades, decidió acabar antes de tiempo la relación con el club que le vio crecer.
Gran pretemporada
Con 25 años, Lucas llegó en pretemporada a la disciplina del filial para ejercitarse con el equipo y no perder la forma a la espera de una oferta. El jugador no había tenido demasiadas oportunidades la pasada campaña en el Sabadell y, tras quedarse sin equipo, recurrió al club en el que creció para entrenar. El Espanyol le ofreció la posibilidad de trabajar con el filial y, tras unas semanas en las que estuvo a un muy buen nivel, se decidió firmarle por una campaña con la idea de que aportara al equipo ese plus de experiencia necesaria a un conjunto tan joven.
En los primeros encuentros de pretemporada se vio que se había acertado. Lucas había cogido el mando del equipo y marcaba diferencias. Todo indicaba a que iba a ser un jugador muy importante de cara al desarrollo de un exigente curso. Pero, incomprensiblemente, todo cambio nada más iniciar el campeonato. Lucas jugó el primer encuentro como titular pero pasó desapercibido. Mala señal.
En la segunda jornada en Reus, el jugador volvió a contar con la confianza del míster, pero nuevamente no apareció, con lo que en la tercera fecha ya se sentó en el banquillo, jugando tan solo los últimos 25 minutos. No volvió a saltar a un terreno de juego hasta la jornada ocho, en la que el Espanyol B empató sin goles ante el Huracán Valencia. Aquel día Lucas jugó los últimos once minutos de partido.
No ha demostrado
La temporada de Lucas Porcar ha finalizado antes de hora, con 154 minutos disputados y ningún encuentro completo. El inexplicable bajón de juego le ha pasado factura e incluso futbolistas de categoría juvenil le han pasado por delante.
Fuentes del club han reconocido a este diario que se esperaba más de Lucas. Se le firmó justamente para que hiciera lo que hizo en pretemporada, ya que se le tenía que exigir más que a cualquier joven de la plantilla; era el que tenía que tirar del carro y no aprovechó la oportunidad.
El mediapunta, que tuvo opciones para salir en invierno, decidió quedarse, pero la situación no mejoró. Al final, la peor solución posible a una situación que se había convertido en insostenible. La segunda etapa de Lucas Porcar en el Espanyol ha llegado a su fin antes de hora.