Las llegadas a principio de semana de los extremos Carlos Doncel, fichado del Lleida a cambio de 30.000 euros, y Moha El Ouriachi, cedido por el Stoke City hasta final de curso con opción de compra, hicieron que el filial contara con 24 fichas en su plantilla, cuando la Tercera División tan solo permite 22. La salida a préstamo de Arnau Gaixas al Europa no soluciona este inconveniente, con lo que al Espanyol B siguen sin cuadrarle los números, algo que puede suceder si, tal y como parece, Puado acaba marchándose en calidad de cedido con opción de compra de cuatro millones de euros al RM Castilla. El cuadro blanco lleva mucho tiempo siguiendo al delantero y parece que ahora, ante el disgusto del futbolista por jugar en Tercera, podría hacerse con sus servicios.
Si Puado acaba saliendo el filial cumplirá en cuanto a fichas, pero todavía habrá mucho trabajo por hacer. Y es que hay futbolistas que no tienen claro su futuro como Aitor Granados, tercera lateral zurdo del equipo por detrás de Manel Royo y Adrià Pedrosa; Martí Soler, que debía ganarse el puesto esta pretemporada pero que no ha tenido excesivos minutos; o un Daniel Wong que no termina de convencer. Incluso podría salir Lluís López ante la poca confianza que le ha facilitado Quique Sánchez Flores durante la preparación; renovó por una campaña pensando en tener oportunidades con el primer equipo, pero no parece que vayan a llegarle. De las posibles bajas comentadas, las únicas que trastocarían los planes del filial y serían susceptibles de traer a un jugador para suplir su marcha serían las de Puado y Lluís. Aún así, de momento uno más tiene que salir y el deseo del club es que ninguno de estos dos últimos jugadores sea el escogido.
El que no seguirá es Abdul Majid. El delantero australiano, que llegó el pasado mercado invernal, ni siquiera llegó a entrar en una lista de convocados la campaña anterior. Uno de los refuerzos más extraños de los últimos años.