Llegó al filial en verano con la vitola de fichaje estrella y su calidad no ha pasado desapercibida. Aún así, Álex Serrano se ha tenido que arremangar y bajar al fango; en el Espanyol B ha aprendido a defender, algo que en su época como sportinguista apenas hacía, ya que “jugaba en la mediapunta y eso te da más libertad en ataque”. Planagumà es el gran culpable, puesto que “me dijo que me veía como mediocentro, y poco a poco creo que he ido mejorando. Al retrasar mi posición ayudo más en defensa, tapó los posibles pases rivales y me junto más con la retaguardia”.
Antes de ello, pasó un mal año en el Sporting, equipo en el que apenas tuvo minutos, y a final de curso le llegó la oferta blanquiazul. Su padre, el mítico Mino Serrano, le recomendó aceptar la propuesta. “Mi padre tiene prácticamente toda la culpa de que yo esté aquí. Pasó sus mejores años en el Espanyol y conoce a mucha gente en el club; no fue difícil convencerme”.
La decisión resultó acertada, ya que Álex Serrano se ha convertido en un jugador importante. Alterna la titularidad con Borja, siendo él el elegido sobre todo cuando el míster decide apostar por un once más ofensivo. Aún así, no todo está siendo un camino de rosas para el centrocampista. El asturiano lleva “un par de meses con molestias en la rodilla derecha” y admite que “lo he pasado mal, ya que era un dolor constante y nunca había tenido problemas en la rodilla, pero gracias al trabajo de los fisios y los médicos ya puedo trabajar y competir al mismo ritmo que mis compañeros”.
* El resto de la entrevista la podrás leer en la edición papel del sábado 13 de febrero de 2016.