Cuatro puntos en siete salidas suma el filial espanyolista, la segunda peor cifra desde su último ascenso. Aún así, todas ellas se mueven sobre los mismos números.
El pasado curso fue el mejor de los últimos cuatro. De todos modos, el filial fue a menos y, tras vencer en sus dos primeras salidas, cayó en las dos siguientes y ya no volvió a ganar fuera hasta la jornada 33. Pasaron casi siete meses.
Mucho peor bagaje como visitante tuvo el equipo en la 2013-14. El filial no ganó lejos de casa hasta la jornada 11 -su sexta salida- y no volvió a conseguir un solo punto fuera hasta la jornada 23, en un encuentro en el que Sergio González debutó en el banquillo en sustitución de Manolo Márquez. En su siguiente salida, el filial volvió a sumar los tres puntos.
Los números en feudo ajeno no fueron tan malos al principio de la 2012-13, la primera en Segunda B tras el paso por Tercera. Con Raúl Longhi en el banquillo, el filial ganó la primera jornada en el feudo del Villarreal B, pero no lo volvió a hacer hasta la 27, ya con Manolo Márquez como entrenador. Mientras, se dedicó a alternar empates y derrotas -más de éstas últimas-.
Incluso en Tercera
El curso del ascenso el filial también tuvo épocas que le costó sacar adelante sus partidos lejos de casa. De la jornada ocho a la 16, el Espanyol B encadenó cuatro empates y una derrota.
Estas cifras demuestran que ganar fuera no es tan fácil. El actual filial es el que más opciones está teniendo para lograr el triunfo como visitante, y curiosamente el único de las últimas campañas que tras siete jornadas no lo ha hecho. A cambio, en casa muerde. Y de qué manera.