Depende de sí mismo el Espanyol B para jugar el play-off de ascenso. Los blanquiazules se la jugarán la próxima jornada en el feudo del Valencia Mestalla después de hacer los deberes y ganar al Atlético Levante en un duelo que se puso muy cuesta arriba con el tanto inicial granota, pero que gracias a una gran actuación del equipo ante un cuadro ultramotivado que vendió muy cara su piel lograron dar la vuelta al electrónico. El Cornellà, que no podía fallar si no quería que el filial fuera matemáticamente cuarto, no lo hizo, a pesar que durante muchos minutos, en los que los de Gallego no ganaban, dieron la vuelta a la clasificación. Con el trabajado y sufrido triunfo ante los de Tevenet, el Espanyol B tiene la sartén por el mango.
Fue una victoria paciente, ya que el filial perico gozó de multitud de oportunidades y mandó el balón a la madera en tres ocasiones, pero también tuvo su dosis de fortuna, puesto que con empate a un gol en el marcador Edu Frías salvó el tanto granota.
Mejores, pero por detrás
El Espanyol B intentó llevar la manija del encuentro desde el comienzo del duelo y antes de que se cumpliera el primer minuto de juego avisó con un cabezazo de Moha que no encontró portería. Pero los granotas no habían venido a hacer turismo y, tras un aviso con una falta desde la frontal que Edu Frías despejó con los puños, Joan adelantó a su equipo tras un pase en profundidad, el cual recibió en una franca posición para superar al cancerbero espanyolista.
Trataron los blanquiazules de reponerse al golpe recibido, pero la buena defensa levantinista y la calidad del centro del campo rival, que cada vez que tenía el esférico complicaba a los de David Gallego, hacían muy difícil gozar de ocasiones. Pero con el paso de los minutos éstas fueron a más, teniendo como protagonista a Max Marcet, que se quedó solo ante el portero tras un buen pase largo, pero el trencilla señaló posición ilegal ante las protestas del público y del banquillo perico. Lo mismo sucedió en un forcejeo dentro del área entre Shaq y Carles Soria que acabó con el lateral blanquiazul por los suelos sin que el árbitro viera nada punible.
El filial perico lo intentaba, pero costaba tener ocasiones claras. Apretó todavía más el acelerador en los minutos finales del primer periodo y Max Marcet, en el 37’, remató a las manos del meta un balón al interior del área de Nico. El juvenil tuvo la mejor ocasión de la primera mitad en el 43’, cuando estrelló el balón en el larguero con un disparo desde dentro del área. Poco antes del descanso, el propio Nico, sin duda el más activo del equipo, mandó por encima del larguero una falta desde la frontal.
¡Remontada!
Como en la primera parte, el Espanyol B saltó al terreno de juego con ganas y ambición. Pol Lozano fue el primero en probar suerte, pero Olmedo mandó el balón a la esquina con una gran estirada. Iago no acertó con la portería en su remate de cabeza tras este córner y, tras unos minutos en los que los visitantes cortaron las alas a los pericos y tranquilizaron las cosas, Lluís López lo probó con un tiro que se marchó fuera por poco. Además, el goleador del equipo, Campuzano, se retiró tocado, pero curiosamente el Espanyol B encontró el gol del empate cuando éste se fue: Max Marcet recibió dentro del área y colocó el balón lejos del alcance del meta granota.
Sabían lo que se jugaban los jugadores del Espanyol B y siguieron insistiendo. Lluís López, tras dos grandes recortes en el interior del área, mandó el balón al poste por segunda vez en el partido y a falta de 20 minutos para la conclusión del duelo, Moha volvía a estrellar el cuero en la madera. La victoria y el sueño se escapaban.
Los blanquiazules se volcaron, como no podía ser de otro modo, sobre la meta rival. Ello provocó más espacios, algo que hizo que los visitantes tuvieran una gran oportunidad en una contra que acabó con un balón suelto dentro del área que remató Cantero ante la salida salvadora de un Edu Frías que sacó una mano providencial.
El filial perico seguía atacando sin cuartel y Bermejo se topó con Olmedo en un tremedo disparo desde la frontal. El mismo Bermejo hizo estallar de júbilo a todos los pericos a falta de cinco minutos al rematar un balón suelto dentro del área al fondo de la red. El sueño sigue más vivo que nunca en un equipo que nunca se rinde.
