Aunque el Espanyol – Barça se disputa este jueves en el RCDE Stadium, buena parte de lo que ambos equipos se juegan sobre el césped de Cornellà-El Prat se empieza a decidir este miércoles. La jornada 36, última sin horario unificado, está repleta de condicionantes que afectan tanto a la lucha por la permanencia como a la carrera por el título, y qué tipo de festejos pueden darse sobre la hierba del templo perico. Y en ambos frentes, Espanyol y Barça observan con atención lo que ocurra en campos ajenos.
Para el conjunto blanquiazul, que ha conseguido alejarse provisionalmente de los puestos de descenso, los resultados de esta tarde pueden allanar o complicar el camino hacia la permanencia. La victoria del Sevilla ante Las Palmas ha dejado al equipo canario muy cerca del abismo, y si esta tarde el Alavés logra vencer al Valencia en Mendizorroza, su descenso podría quedar virtualmente sentenciado. Desde la óptica perica, interesa que el conjunto valencianista gane y deje tocados también a los babazorros. Igualmente, una victoria del Villarreal frente al Leganés permitiría al Espanyol mantener su colchón con respecto a la zona roja antes de medirse al líder de LaLiga.
Pero si en la zona baja se clarifica el escenario, en la cima del campeonato se puede decidir todo. A las 21:30 horas, el Real Madrid recibe al Mallorca en el Santiago Bernabéu. Si el equipo blanco no gana, el Barça será matemáticamente campeón de Liga antes de jugar en Cornellà, ya que cuenta con una ventaja de siete puntos y el ‘goal average’ particular favorable tras los 0-4 en Chamartín y 4-3 en Montjuïc. En ese caso, el Espanyol confirmará lo que ya tiene decidido: hará pasillo al campeón, pese a la rivalidad histórica.
El Mallorca, lejos de llegar como víctima, se juega también mucho. A falta de tres jornadas, el equipo de Jagoba Arrasate está inmerso en la pelea por los puestos europeos, con los mismos puntos que el Rayo y a solo dos del Celta. Y el Real Madrid, tras la dura derrota en Montjuïc y con un futuro institucional incierto, afronta el duelo mermado por las bajas. La salida de Ancelotti al finalizar la temporada, con destino a la selección brasileña, se suma a una larga lista de lesionados y sancionados: Vinicius, Rodrygo, Lucas Vázquez, Tchouaméni, Carvajal, Alaba, Militao, Mendy, Rüdiger y Camavinga. El técnico italiano se ha visto obligado a tirar del filial para completar la convocatoria.
Mientras tanto, en el vestuario azulgrana, según publica Ferran Correas en Sport, el deseo mayoritario es conquistar el título sobre el terreno de juego. El cuerpo técnico de Hansi Flick quiere evitar la imagen de un alirón celebrado desde el sofá. Si el Madrid gana, el Barça deberá sumar los tres puntos en Cornellà para proclamarse campeón, tal y como ocurrió hace dos temporadas con Xavi Hernández en el banquillo. Aquel 2-4 terminó con una celebración sobre el césped que encendió a la afición local y derivó en una invasión de campo y en sanciones para el Espanyol. Esta vez, aunque lo que salga de esos lares siempe ha de ser cogido con pinzas, el club azulgrana ha trasladado el mensaje de que, si se repite el escenario, la celebración será sobria y se limitará al vestuario, con festejos mayores reservados para el domingo en Montjuïc ante el Villarreal.
A nivel institucional, el derbi vuelve a enmarcarse en un contexto de máxima trascendencia. El Espanyol, que en las últimas jornadas ha logrado salir del descenso, busca certificar cuanto antes la permanencia. Por su parte, el Barça, con la Supercopa y la Copa del Rey en el bolsillo, tiene la oportunidad de sellar el triplete nacional y cerrar una temporada en la que ha sabido imponerse en todos los frentes domésticos.
Este jueves se enfrentan dos equipos con objetivos diametralmente opuestos, pero con una historia reciente que se entrecruza en momentos clave del campeonato. Derbis como el de la Supercopa de 2006, el “Tamudazo” de 2007, la eliminatoria copera de 2018 o el descenso del Espanyol en 2020 en el Camp Nou, han marcado una rivalidad que trasciende lo deportivo. Y el precedente más reciente, el de mayo de 2023, sigue muy presente: aquel día, el Barça levantó el título en Cornellà y el Espanyol quedó herido de muerte en su lucha por la salvación.
La historia se repite, aunque con matices. Hoy, 24 horas antes del derbi, buena parte del relato del partido ya se está escribiendo. Todo dependerá de lo que ocurra esta tarde. Porque en esta Liga, como en los buenos guiones, el desenlace no siempre se resuelve en el acto final.
