En La Opinión del Día de La Grada Ràdio, tuvimos el gustazo de contar con Ricardo Martínez, colaborador habitual y perico de los de corazón, aunque con acento cruzando el charco: nos habló del Espanyol desde México con la misma pasión que si estuviera en el Gol Sud del RCDE Stadium.
Y lo primero que soltó fue una de esas frases que uno agradece escuchar después de tantas semanas de nerviosismo: “Creo que ya con este partido ante el Betis nos podremos tomar las cosas con mucha calma”. ¿Calma? ¿En el Espanyol? Pues sí, y lo dijo convencido. Porque, como él mismo explicó, “pensaba que a estas alturas de la temporada estaríamos rogando por un punto ante el Betis”, y en cambio llega al partido con una tranquilidad que no veíamos desde hace tiempo. Y no es para menos: el equipo ha dado señales de juego y de carácter, aunque los resultados no siempre acompañen.
Ricardo se quedó con lo positivo del último duelo: “La exhibición ante el Villarreal fue buena, sé que el resultado no fue el que esperábamos pero sólo nos faltó puntería”. Y tiene toda la razón: el Espanyol plantó cara, creó ocasiones y compitió, que ya es mucho más de lo que veíamos en algunos tramos de la primera vuelta.
Sobre el Betis, tiró de análisis fino: “Este Betis viene reforzado del partido de la Europa League, pero también cansado. Jugadores como Antony o Cucho Hernández podrían resentirse y podemos dar ahí una buena estocada”. Si el Espanyol es listo y sabe morder donde duele, puede sacar tajada de un rival que llega con la mochila cargada de minutos.
Pero más allá del partido, Ricardo se mojó con un tema que suele dividir al espanyolismo: Europa, ¿sí o no? “He pensado mucho sobre si quiero que el Espanyol llegue a Europa esta temporada, y diría que no”, confesó. Y aquí es donde entró su lado más reflexivo, ese que muchos pensamos pero pocos decimos en voz alta: “Me resuenan muchas inseguridades más que la ilusión… Es bonito ir por los campos de Europa pero creo que le costaría muchísimo al club”.
No es falta de ambición, es sentido común. Porque como bien apuntó, “con la venta y todos los asuntos que hay que pulir, sabiendo que no habrá dinero pese a la clasificación -si esto fuese la Premier League habría mucho, pero ya sabemos que aquí sólo tres equipos se quedan toda la pasta-”, lo más sensato es construir con calma. Ni locuras ni fuegos artificiales. Primero, consolidar el proyecto.
“Mejor esperar a tener una temporada redonda en la que se ha conseguido el objetivo, y poder soñar la siguiente con mucha más tranquilidad, más presupuesto y con el Grupo Rastar fuera del Espanyol”, zanjó. Y con eso dejó claro que lo que más ilusión le haría no es un viaje a Praga un jueves por la noche, sino un club bien gestionado, con futuro y sin hipotecas emocionales.
Desde México, Ricardo nos dejó una reflexión que resuena con fuerza en muchos pericos. Porque a veces, más que soñar en grande, hay que saber cuándo es el momento de hacerlo. ¿Y si esta vez escuchamos a los que piden cabeza en lugar de euforia?