El RCD Espanyol de Luis Miguel Ramis y el Burgos CF se verán esta martes las caras para cerrar el año con dos estados de ánimo y protagonizando dos rachas de resultados muy diferentes. El conjunto blanquiazul, que tan solo ha sumado dos puntos en las tres últimas jornadas de LaLiga Hypermotion -derrota en Oviedo y empates ante el Real Zaragoza y Andorra- sigue en zona de playoff y aún relativamente cerca de las plazas de ascenso directo a Primera gracias más a los errores de la mayoría de rivales directos que a los aciertos propios, aunque en función de lo que haga este lunes el Real Valladolid en el campo del Villarreal B el objetivo podría alejarse hasta unos ya considerables 5 puntos. Lo cierto es que esta racha de tres encuentros sin ganar es la segunda peor de la temporada, tras la que se vivió entre las jornadas 12 y 14, 0-1 ante el Leganés en casa, 2-0 en Gijón y 2-2 frente al Eibar en el Stage Front Stadium, un punto de nueve sumados, que acabó costándole el cargo a Luis García.
El Burgos se enfrenta al Espanyol pletórico tras encadenar siete partidos sin perder y sumar dos triunfos lejos de El Plantío
Con la clara sensación en el entorno del Espanyol que el efecto Ramis no acaba de surgir efecto, con problemas tanto en defensa como en ataque y con algunas bajas de consideración, como las de Pol Lozano y José Gragera, que se perderán el partido por acumulación de amonestaciones, le toca al equipo perico acabar el año frente a un equipo, el Burgos CF, cuyo estado de ánimo es radicalmente opuesto, ya que llega a la cita con la amenaza que supone el respaldo de los buenos resultados y vivir su mejor momento del curso. En efecto, el equipo de Jon Pérez Bolo no pierde desde hace más de un mes; os burgaleses, que el pasado verano perdieron a su entrenador fetiche, el que les había llevado a Segunda, Julián Calero, y se vieron obligados a un relevo en el banquillo, apostando por otro clásico de la categoría como “Bolo”. Su comienzo de curso fue muy irregular, situándose en la zona baja de la tabla, pero han encadenado una buena racha actual que les ha permitido alejarse de los puestos peligrosos y acercase a la parte alta de la categoría. La base de esta recuperación su buena performance como local, con 22 puntos sobre 30 posibles; de sus actuales 29 puntos, los citados 22 los han sumado en El Plantío, donde suman 6 victorias y 4 empates; peor le san ido las cosas como visitantes, ya que tan solo han sumado dos victorias fuera de casa, pero estas han sido consecutivas, hace dos semanas en Amorebieta y el pasado fin de semana en el campo del Cartagena; antes de ello, solamente sumaban un punto en ocho partidos y eran el peor visitante de la categoría. Son como decimos siete partidos ya sin conocer la derrota incluyendo tres encuentros de competición regular consecutivos fuera de casa. El perfil del Burgos de Jon Pérez Bolo no es defensivo y contragolpeador como el que caracterizaba la época de Julián Calero, y su diferencia de goles es solo ligeramente positiva, con 26 anotados y 24 encajados hasta ahora gracias a su contundente triunfo en Cartagena. Tienen u gran portero, Caro, y cuentan con elementos atacantes interesantes como Curro Sánchez, Dani Ojeda y Fer Niño -lesionado por cierto en el último partido de los albinegros en Cartagena-. Además, se benefician de la presencia en el centro del campo de Mumo y Atienza, futbolistas también talentosos. Este Burgos, con confianza y autoestima por estos buenos resultados, pondrá a prueba la capacidad de reacción de un Espanyol al que no le queda más remedio que ponerse de una vez las pilas tras el lamentable espectáculo ofrecido este sábado en Andorra.
