En el fútbol actual, rescindir una cesión a mitad de temporada ya no sorprende a nadie. Es una práctica cada vez más común, especialmente en contextos donde el rendimiento no alcanza las expectativas. El Espanyol, en este sentido, ha sido uno de los clubes que más ha recurrido a esta fórmula. Primero fue Ramon Ramos en enero de 2024. Y más tarde, durante el mismo mercado invernal, Naci Ünüvar e Irvin Cardona siguieron el mismo camino, aunque por motivos distintos. De la situación de estos dos habla hoy Sergio Escario en Mundo Deportivo.
Ambos llegaron en verano como apuestas personales de Fran Garagarza. Ünüvar lo hizo procedente del Ajax y Cardona, del Augsburgo, con la intención de reforzar un proyecto que aspiraba a conseguir la permanencia tras un sufrido ascenso. Con el paso de las semanas, sin embargo, su protagonismo se fue diluyendo, hasta que el club decidió facilitar su salida durante el mercado de enero. En el caso de Cardona, fue el propio futbolista quien solicitó marcharse; el club no tenía previsto cortar su cesión y forzó su salida. En cambio, la situación de Ünüvar fue diferente: nunca logró asentarse, ni convencer al cuerpo técnico de que merecía un sitio en la rotación.
Cardona regresó al Saint-Étienne, club en el que ya había jugado durante la segunda mitad del curso anterior, mientras que Ünüvar volvió al Twente, equipo donde también había estado cedido previamente. Desde entonces, los caminos de ambos han seguido trayectorias muy distintas.
El caso del atacante francés es, sin duda, el más positivo. En apenas 12 partidos (848 minutos), ha sumado cuatro goles —repartidos en dos dobletes ante Angers y Stade Brestois— y dos asistencias. Cifras que confirman que, cuando se encuentra cómodo, tiene capacidad para marcar diferencias. Su paso por el Espanyol no fue especialmente brillante, pero dejó pinceladas de calidad: dos goles y tres asistencias en 18 encuentros, acumulando 722 minutos.

Por su parte, Ünüvar sigue sin encontrar el rendimiento que se esperaba de él cuando aterrizó en Barcelona. En sus 13 apariciones con el Twente (437 minutos), solo ha registrado una asistencia, en la reciente derrota por 1-3 ante el PSV. Sus tres únicas titularidades se han producido en los cuatro últimos partidos del Twente, como apunta Mundo Deportivo, lo que podría indicar una ligera mejoría en cuanto a confianza, pero su impacto hasta ahora ha sido más que discreto. En el Espanyol apenas jugó 129 minutos repartidos en cuatro encuentros, sin ninguna incidencia real en el juego del equipo.

El balance general es claro: mientras Cardona ha logrado revalorizarse tras su salida, el paso de Ünüvar por el Espanyol queda como una operación total y absolutamente fallida. A nivel de planificación deportiva, el contraste entre el mercado veraniego y el invernal es evidente. Garagarza ha recibido elogios merecidos por su gestión en enero, pero algunas de las apuestas del verano no terminaron de funcionar. En ese sentido, la salida de Cardona, aunque forzada, permitió liberar espacio para un Roberto Fernández que ha sido clave en la mejora del equipo en la segunda vuelta.
Las decisiones del pasado siempre ofrecen lecturas para el futuro. El Espanyol aprendió que no siempre se acierta a la primera y que, cuando un jugador no encaja, es preferible corregir el rumbo cuanto antes. A veces, cortar una cesión a tiempo es la mejor forma de no hipotecar el rendimiento colectivo. Y en este caso, al menos en lo deportivo, la gestión ha permitido al equipo recomponerse y mirar hacia adelante con más garantías.
Fuente: Mundo Deportivo
