Avanzaba José Agustín Gómez que el Espanyol había decidido no abonar las cláusulas del miedo impuestas por el Villarreal para que Carlos Romero y Ramon Terrats puedan enfrentarse a su club de origen este sábado, y es que ciertamente son inasumibles para la mayoría de equipos de LaLiga. Según ha desvelado El Periódico del Mediterráneo en el caso del lateral izquierdo, el Villarreal reclama 125.000 euros por partido; en el del centrocampista, la cifra se dispara hasta 250.000 euros, 375.000 euros si ambos fueran alineados en el mismo encuentro. Eso, por cada partido, tanto el de ida como el de vuelta. Evidentemente, este año el conjunto amarillo se ha subido a la parra aunque lógicamente, vela por sus intereses y tiene la sartén por el mango.
La ‘cláusula del miedo’ hace honor a su nombre
El Villarreal ha endurecido sus condiciones en los préstamos fijando unas cantidades que superan ampliamente lo habitual en este tipo de acuerdos.

Romero, cedido sin opción de compra, se ha consolidado en el lateral izquierdo del Espanyol y está firmando una temporada notable. Terrats, que llegó con una opción de compra pactada -se ha de ejecutar su compra caso de permanencia- participa con mucha menos frecuencia, pero también es un futbolista que viene entrando en las rotaciones de Manolo González. Por eso, el dilema no es menor: el técnico querría poder contar con ambos, aunque el coste económico es significativo.

A dos días del partido, el Espanyol no ha comunicado oficialmente si hará efectiva alguna de las cláusulas, aunque parecen cifras difíciles de justificar para un solo encuentro. Todo dependerá de la valoración deportiva que haga Manolo González, quien podría tener la última palabra si considera que la presencia de Romero o Terrats es clave para el equipo.
Lo que está claro es que el Villarreal ha querido blindarse y marcar territorio con sus cedidos, mientras que en Cornellà-El Prat sumen que pagar casi millón de euros por dos futbolistas en un único partido sería una excepción en los tiempos que corren.
