Ya casi desde el principio de LaLiga Hypermotion, daba la sensación de que el paso del Espanyol por la competición para llegar a la única meta, el ascenso, no sería tan sencillo como en el anterior discurrir del equipo por Segunda. El nivel de la plantilla no es el mismo, como ha quedado claro en los partidos disputados hasta ahora, y las dudas en la cúpula ya han provocado un relevo en el banquillo que por el momento no ha servido para que los resultados hayan cambiado sustancialmente -de momento la media de puntos con Luis Miguel Ramis es ligeramente inferior a la que acreditaba Luis García-. Resulta un ejercicio esclarecedor comparar los números del actual Espanyol al de la temporada 2020-21 con 19 jornadas disputadas, a punto de llegar al ecuador de la competición. Entonces, el Espanyol del de Massanassa era primero con 42 puntos, con 13 partidos ganados, 3 empatados y otros tres perdidos, mientras que ahora es cuarto con 32 puntos, es decir 10 menos, con tan solo 9 victorias -menos de la mitad de los partidos jugados-, 5 empates y otras cinco derrotas. La 2020-21 el equipo llevaba 30 goles a favor y nueve en contra, un goal average de +21, mientras que ahora ha anotado 30, igual que hace tres años, pero ha recibido ya 20, un +10, lo que señala claramente al sistema defensivo. En aquel entonces, la diferencia respecto a los equipos que quedaban fuera de ascenso directo y playoff era de 12 puntos, mientras que en la actualidad sólo hay un margen de seguridad de tres puntos, un único partido. Recordemos que en la 2020-21 con la competición finalizada (42 partidos) se sumaron 82 puntos, con 24 victorias, 10 empates y sólo 8 derrotas; si hacemos una simple proyección, si el actual Espanyol no mejora su ratio de puntos (1,69 por partido) sumaría 70 puntos a final de temporada, lo que en las últimas temporadas solo ha servido para alcanzar y no con demasiada holgura una de las plazas de promoción.