El Espanyol ha dicho basta. Lo ocurrido esta tarde en Son Moix ante el Mallorca ha colmado el vaso y el club no ha tardado en reaccionar. Primero ha sido el director deportivo Fran Garagarza el que ha tomado la palabra para denunciar el trato recibido, y posteriormente y a través de un comunicado, la entidad blanquiazul ha expresado su “profunda preocupación” por el arbitraje recibido, con decisiones que han dejado una sensación de indefensión y frustración tanto en el vestuario como en la afición. ¿El problema? Que muchas de estas resoluciones han sido corregidas —o directamente desvirtuadas— desde la sala del VAR, desde Madrid, por el ínclito Del Cerro Grande, que acrecienta su historia negra con el RCDE.
El mensaje del Espanyol, que pese a la sensación de agravio mantiene las formas, es claro: respeto siempre, pero éste ha de ser en ambos sentidos y no sólo en uno. El club insiste en que comprende la dificultad y complejidad de la labor arbitral, mostrándose sensible a ello, pero considera que los errores deben analizarse y asumirse para garantizar la transparencia y la igualdad en una competición sobre la cual con episodios tan lamentables como el de hoy recae la sombra de la sospecha. Desde el mismo momento en que acabó el partido, la entidad explica que ha iniciado gestiones para pedir explicaciones oficiales y exigir un trato equitativo. Dicho de otro modo, se acabó mirar hacia otro lado.
Éste es el contenido íntegro del comunicado oficial:
Tras los acontecimientos ocurridos en el partido ante el RCD Mallorca, el RCD Espanyol desea expresar su profunda preocupación por las decisiones arbitrales tomadas, muchas de ellas a instancias del VAR, que han dejado a nuestro club y afición con una sensación de indefensión y frustración ante resoluciones que consideramos difíciles de comprender.
El RCD Espanyol siempre ha mostrado y seguirá mostrando el máximo respeto hacia el colectivo arbitral, reconociendo la complejidad y responsabilidad que conlleva su labor. Sin embargo, creemos que este respeto debe ser mutuo y reflejarse en un trato equitativo hacia nuestra entidad centenaria, nuestros jugadores, cuerpo técnico y afición.
El club entiende que los errores forman parte del deporte, pero también considera imprescindible que se analicen y reconozcan para garantizar la transparencia y mejorar la competición. Por ello, desde el final del encuentro, el RCD Espanyol ha iniciado y continuará llevando a cabo las gestiones necesarias ante los organismos competentes para solicitar explicaciones claras sobre las decisiones tomadas, con el único objetivo de esclarecer lo sucedido y contribuir a la mejora de nuestro fútbol.
El RCD Espanyol seguirá trabajando con determinación y respeto para defender los intereses de la entidad y de sus aficionados, convencido de que la integridad y la justicia deportiva son pilares fundamentales que deben ser protegidos.
