Una de las preguntas que recurrentemente aparecen al entorno de la situación del Espanyol es cómo es posible que teniendo la mejor dupla goleadora de LaLiga Hypermotion, la que conforman Martin Braithwaite y Javi Puado, que suma 20 y 12 goles respectivamente, es decir, suman entre ambos 32 tantos, el equipo blanquiazul no saque mayor provecho de esa pareja letal a nivel clasificatorio. De hecho, en los últimos años el Espanyol ha destacado por tener magníficos goleadores como Raúl de Tomás y Joselu Mato, y ello no ha impedido sufrir dos descensos de categoría. Las respuestas a este interrogante son varias, pero una que no se puede pasar por alto es la de los problemas defensivos que sufre el equipo perico desde hace años, y a los que sorprendentemente en un año como el presente tampoco se puso solución por parte de la dirección deportiva que lidera Fran Garagarza.

Hay un dato bastante significativo que apuntaba nuestra compañera Marta Mendoza este lunes en ‘La Grada Ràdio’, y es que desde el último ascenso, en dos temporadas completas y lo que llevamos de ésta, el Espanyol ha encajado una cifra escandalosa de goles, hasta 159: la 2021-22 fueron 53; la 2022-23, 69; y en lo que llevamos de la 2023-24, a falta de 5 jornadas de competición regular, son ya 40 goles en contra. Haciendo la media, nos da 53 goles por curso encajados. Así, ni teniendo dos delanteros que cada uno anotasen 20 goles, unas cifras reservadas sólo a rematadores destacados, se podría neutralizar esa abrumadora cifra de dianas encajadas. La pregunta es evidente: ¿por qué conociendo esta estadística, el pasado verano la dirección deportiva únicamente fichó un central, siendo el elegido Víctor Ruiz, un hombre en el tramo final de su carrera y que se encontraba sin equipo entrenándose por su cuenta?
