El RCD Espanyol ha vivido unas horas de auténtico calvario, que quedarán marcadas como uno de los episodios más turbios de su historia reciente. Primero, el equipo firmó un ridículo histórico al caer eliminado en la segunda eliminatoria de la Copa contra el Barbastro, un modesto equipo que lucha ahora mismo para no perder su plaza en la Segunda RFEF. Un doloroso 2-0 que dejó en evidencia no solo la falta de calidad en la plantilla, sino también la ausencia de compromiso y orgullo por parte de algunos jugadores. Y al día siguiente, cuando aún no se había pasado el disgusto, la Junta General de Accionistas volvió a poner de manifiesto la desconexión entre la afición y su máximo responsable, Chen Yansheng, que apareció a través de una fría pantalla para esquivar las críticas y ofrecer pocas soluciones a la deriva deportiva e institucional que vive el club.
Ridículo histórico en Barbastro
El primer golpe llegó la noche del martes, cuando el Espanyol ofreció una de las actuaciones más lamentables de su historia reciente. Los pericos, incapaces de superar a un Barbastro que pelea por salir del descenso en su grupo de Segunda RFEF, fueron eliminados de la Copa del Rey tras un contundente 2-0. El equipo no solo mostró falta de calidad, sino también una preocupante desconexión con el escudo que representa.

Manolo González, quien había recuperado crédito tras el triunfo ante el Celta, quedó señalado tras el partido. Sus decisiones esta vez fueron criticadas, aunque son muchas las voces que apuntaron hacia los responsables de la confección de la plantilla. El equipo no parece dar para mucho más, pero lo vivido la noche del martes en el Municipal de Deportes es a todas luces inaceptable. Ni siquiera las debacles similares de otros dos Primeras, el Girona ante el Logroñés y el Villarreal frente al Pontevedra, un Primera RFEF, deben servir de excusa a lo sucedido la noche del martes.
Manolo González, ¿otra vez en la cuerda floja?
En este contexto, Manolo vuelve a estar en el ojo del huracán. Después de recibir el respaldo de la grada tras el empate ante el Celta, su imagen queda, eso es una realidad, dañada tras la debacle copera. Garagarza, bajo presión, podría utilizar este resultado como argumento para justificar un cambio en el banquillo en las próximas semanas si la senda en la Liga no es ascendente.
Chen Yansheng y la Junta de Accionistas: más desconexión
El segundo acto de este drama llegó en la Junta General de Accionistas, celebrada menos de 24 horas después del desastre en Barbastro. Tras un año desaparecido, Chen reapareció en formato de vídeo grabado, flanqueado por las banderas del Espanyol y de China, para dejar frases vacías que lejos de calmar, acentuaron el descontento. “Mantener el club en la élite es mi prioridad, objetivo y argumento”, afirmó, sin detallar cómo pretende lograrlo. Con un tono inexpresivo, ensalzó el “logro” del ascenso, se congratuló de los más de 33.000 socios y destacó un supuesto compromiso con la estabilidad. Palabras que resonaron huecas en un momento en que el Espanyol parece más lejos que nunca de sus aficionados.

El inmovilismo como norma
Chen, máximo responsable de la actual crisis, evitó entrar en detalles sobre el rumbo deportivo y económico del club, limitándose a defender una gestión que la realidad desmiente jornada tras jornada. El CEO del club, Mao Ye, asumió el protagonismo presencial en el auditorio Juan Segura Palomares, defendiendo un modelo que calificó como “crecimiento sostenible, constante y estable”. Pero su declaración más polémica llegó al abordar el mercado invernal: “No habrá límite para realizar operaciones”, lo que en la práctica significa que no se fichará en enero. Una decisión que, aunque presentada como medida de prudencia, fue interpretada por los pericos de a pie como una muestra más del inmovilismo de los gestores del club. Joan Fitó, director financiero, abundó en esta misma línea al aclarar que el presupuesto de 83 millones no contempla fichajes inmediatos, sino una ampliación de capital prevista para mayo.
Un club a la deriva
La sensación que dejan estos dos días tan negros es que el Espanyol está en este momento más perdido que nunca. La derrota en Barbastro no es un hecho aislado, sino el reflejo de una crisis estructural que abarca todos los ámbitos de la entidad blanquiazul. Desde la cada vez más puesta en entredicho dirección deportiva que lidera Garagarza hasta la pobre implicación de algunos jugadores, pasando por la exasperante desconexión de su propietario, de Chen Yansheng, este Espanyol desgraciadamente parece estar diseñado para el fracaso.

Mientras tanto, la afición, cansada de promesas vacías y de una gestión que ha llevado al club al abismo, sigue siendo la única que mantiene viva la esperanza de un futuro mejor aunque después de dos días negros, éste parece más lejano que nunca.
