Tras su estrepitosa y más que justa derrota en Oviedo son ya dos meses los que el Espanyol es incapaz de vencer a domicilio, fuera de casa, desde que lo hiciera en una partido tampoco especialmente lucido en el campo del Cartagena, colista entonces de LaLiga Hypermotion: desde aquel ya muy lejano en el tiempo cinco de octubre, los blanquiazules cayeron estrepitosamente en el campo del Villarreal B, no fueron capaces de hacer peligrar el triunfo del Sporting de Gijón en El Molinón, arrancaron con mucha fortuna un punto de El Alcoraz frente al Huesca e hicieron el ridículo en El Tartiere ante un Oviedo plagado de bajas; un pobrísimo balance de un punto de 12 posibles sin conseguir el triunfo y dejando unas sensaciones decepcionantes tratándose como se dice de la mejor plantilla de toda LaLiga Hypermotion. Unas cifras en cualquier caso pobrísimas como visitantes que parecen difícilmente compatibles con lograr plaza de ascenso directo a Primera División.
Desde el triunfo en Cartagena, en un partido que tampoco fue bueno, el Espanyol solo ha rascado un punto a domicilio
Haciendo un repaso de estos dos meses, en ese último triunfo fuera de casa del Espanyol ante el Cartagena, que insistimos era último de la tabla, jugó de tú a tú a los blanquiazules en la primera mitad con grandes ocasiones que podían haber sentenciado el encuentro a cargo de Jansson y Ortuño. El Espanyol, entrenado aún por Luis García, no vio la luz hasta el gol de Pere Milla, si bien es cierto que en la segunda parte sí pudieron ampliar su ventaja pese a lo cual el gol de la tranquilidad no llegó hasta el tiempo de descuento de las botas de Martin Braithwaite (0-2 final).
El siguiente desplazamiento del Espanyol fue a El Madrigal, el campo del Villarreal B. Contra todo pronóstico, el conjunto perico firmaba el peor partido de lo que iba de competición, muy espeso y muy poco intenso tras los esfuerzos de una semana como la actual con tres partidos; en la primera mitad, el gran ritmo del filial groguet dejó en evidencia la fragilidad defensiva blanquiazul, que no puedo evitar recibir tres goles ante un equipo que no dejaba de ser un filial. En cualquier caso, esa derrota por 3-1 despojaba a los de Luis García del liderato que habían conseguido con su triunfo en Cartagena.
Pésimas fueron las sensaciones del Espanyol en El Molinón ante un muy superior Sporting de Gijón. Los goles de Otero, en la primera parte, tras un lamentable error entre Calero y Óscar Gil al sacar una falta, y de Campuzano en la segunda, dejaron en un mero espejismo el buen inicio de los blanquiazules, que acabaron derrotados por un claro y justo 2-0.
En El Alcoraz, un Huesca superior amargó el estreno de Luis Miguel Ramis en el banquillo del Espanyol; los oscenses desplegaron un gran fútbol, dominaron a un rival en teoría superior en calidad y gozaron de ocasiones ante un Espanyol que no tuvo la reacción esperada con el cambio de DT. El empate 1-1 final fue incluso demasiado premio para los blanquiazules ante el mal juego desplegado, algo aceptado en un sincero ejercicio de autocrítica por el propio Ramis.
En su segundo partido como visitante, en el Tartiere ante el Oviedo de este pasado viernes, se produjo el mismo resultado que en El Molinón ante el Sporting con la diferencia que ante los carballones los blanquiazules en ningún momento dieron sensación de peligro ni fueron superiores a su rival. De hecho, las sensaciones fueron aún peores que en el estreno en Huesca, en una performance nefasta que compite con la de la visita al Madrigal por el dudoso honor de ser el peor partido de la temporada del Espanyol a domicilio.
En suma, el Espanyol fuera de casa está siendo un verdadero drama los últimos partidos, independientemente de si en el banquillo se siente Luis García o Luis Miguel Ramis, lo que apunta sin lugar a dudas a una plantilla que lejos de su feudo se difumina hasta unos límites difícilmente aceptables.