La salida de Rastar del Espanyol ha sido más que una operación financiera: ha sido un borrado total. Como si el club nunca hubiera formado parte de su historia. Desde que se oficializó la venta a Velocity Sports Partners, la compañía china ha eliminado cualquier referencia al RCDE de su página web, de sus informes y hasta de su memoria. Ni fotos, ni logos, ni menciones. Como si el Espanyol nunca hubiera existido en su universo, como explica en un revelador informe Iván Molero en AS.
Ni Chen ni pericos en el portal
Hasta hace muy poco, la web de Rastar tenía una sección entera dedicada al Espanyol. Hoy, nada. En su versión inglesa y también en la china, ya solo aparecen las divisiones de juguetes y videojuegos. El club blanquiazul ha sido eliminado con un “Error 404” literal, que salta al intentar acceder al antiguo enlace. También se ha esfumado Chen Yansheng, cuya firma seguía apareciendo hasta hace poco. Ahora la web está firmada por su hijo, Chen Chuanghuang.

“Aligerar la carga”: no más fútbol
El propio Chen jr ha explicado sin rodeos por qué se han quitado de encima al Espanyol. En una carta a los inversores, firma que en 2025 tomaron “la importante decisión de vender nuestra participación en el Espanyol” para “aligerar la carga”a y centrarse en juguetes y videojuegos. Tal cual. El fútbol ya no les aportaba nada. De hecho, en uno de los informes oficiales publicados en la Bolsa de Shenzhen se indica que el Espanyol deja de formar parte de los estados financieros del grupo.

Adiós al club y también a Chen padre
La familia Chen no solo ha soltado amarras con el Espanyol. También han reducido casi a cero su presencia en Rastar. Poco antes de la Junta de Accionistas del lunes 24, la Bolsa de Shenzhen informó que Chen Yansheng y su pareja pasarán de controlar el 34,7 % de Rastar a solo un 2,9 %, una reducción drástica que deberá hacerse efectiva antes del 16 de marzo de 2026. Lo que está claro es que Chen Yansheng se ha desentendido por completo del proyecto que un día prometió llevar a Europa. Hoy no queda ni el discurso. Solo silencio y una página en blanco.

Una marcha sin emoción ni rastro
Después de años controlando al club, Rastar se va como quien apaga la luz y cierra la puerta sin mirar atrás. Ninguna nota pública de despedida, ni un “gracias” a la afición, ni un gesto institucional. Han pasado página con la frialdad de quien borra un archivo. Y ahora, en sus plataformas, el Espanyol ya no existe. Literalmente.
