El Espanyol es noticia, pero esta vez no por su devenir en el terreno de juego, sino por su implicación en un proyecto educativo con un importante impacto social. Sergio Manuel Heredia Tapia, periodista de La Vanguardia, relata cómo el club perico se ha implicado en el rescate de un centro educativo y se ha integrado en su nueva visión formativa.
La historia comienza el pasado año, cuando la escuela concertada Teide de Viladecans se encontraba al borde del colapso, con su destino aparentemente sellado para el final del curso pasado debido a la falta de alumnos y la pérdida de los conciertos en varios niveles educativos. A pesar de haber sido uno de los mejores colegios de la zona, con una reputación de ser ecológico, laico y familiar, el Teide no pudo sobrevivir a la caída en las tasas de natalidad y a la falta de apoyo financiero por parte del Ayuntamiento y la Generalitat. Los padres, desesperados, intentaron salvar la institución creando una cooperativa, pero las deudas eran insalvables y el cierre parecía inevitable. Sin embargo, en marzo de este mismo año, el panorama dio un giro inesperado gracias a la intervención de un empresario chino, Ran Liang, que decidió asumir la propiedad y las deudas del centro, dando una nueva vida y una dirección educativa renovada.

El acuerdo con Ran Liang, un empresario radicado en Catalunya desde hace una década, incluía la incorporación del chino como parte del currículo escolar, convirtiéndolo en el cuarto idioma que los estudiantes aprenderán, junto con el catalán, castellano e inglés. Este cambio buscaba no solo enriquecer el proyecto educativo del colegio, sino también atraer a nuevas familias, especialmente de la creciente comunidad china en la región del Baix Llobregat.
De la crisis al renacer
La situación del colegio Teide, que cuenta con más de 40 años de historia, era crítica. La escuela, una pequeña cooperativa fundada por familias que buscaban un entorno educativo plural y abierto, había visto como estaban condenadas al cierre. Sin embargo, la llegada de Ran Liang, impulsada por la conexión con Xiaobing Wang, director del Centro Cultural Chino de Manresa, supuso una oportunidad inesperada. Wang, que ya ofrecía clases de chino los domingos en la escuela, contactó con Liang cuando supo de la crisis del colegio. El empresario, interesado en la educación y con la visión de un centro multilingüe, decidió invertir en la escuela
Un cambio de rumbo en el proyecto educativo
La intervención de Liang no solo evitó el cierre, sino que llevó al colegio Teide a un nuevo rumbo. A partir del este curso, el chino se enseña en todas las etapas educativas, desde infantil hasta secundaria, complementando el aprendizaje del catalán, castellano e inglés. Pese a suponer la pérdida de la cooperativa y el traspaso de la titularidad a un propietario único, las familias han aceptado positivamente el cambio, entendiendo que era la única vía para garantizar la supervivencia del colegio.
Una nueva etapa para el colegio y la comunidad
El objetivo del nuevo plan educativo es aumentar la matriculación, sobre todo de alumnos de origen chino, aprovechando el interés por un programa que fomente el aprendizaje de múltiples idiomas. Esto podría revertir la tendencia negativa de los últimos años y asegurar la continuidad de la escuela como un espacio diverso y multilingüe. El propio Ran Liang expresó su deseo de que los estudiantes terminen la ESO dominando los cuatro idiomas, preparando así a las nuevas generaciones para los desafíos de un mundo global.
Ran Liang es un buen amigo de Chen Yansheng, el propietario del Espanyol
La escuela Teide no solo ha evitado el cierre, sino que ha encontrado una oportunidad para reinventarse y mirar hacia un futuro más prometedor, algo en lo que según apunta el citado periodista está implicado el Espanyol. Explica que Ran Liang es un buen amigo de Chen Yansheng, el propietario del Espanyol, y que habría visto en la situación una oportunidad, no solo para ayudar a la comunidad educativa, sino también para integrar al colegio en un nuevo proyecto deportivo y cultural vinculado al club blanquiazul. Gracias a esta intervención, las instalaciones del colegio han sido renovadas: se han repintado las paredes, instalado césped artificial en el campo de fútbol, modernizado la iluminación y añadido un ascensor para personas con movilidad reducida. Además, se han proporcionado uniformes gratuitos para todos los estudiantes. El fútbol juega un papel fundamental en esta nueva etapa del Teide: el Espanyol ha comenzado a desarrollar una sección deportiva en la escuela y, si los estudiantes se inscriben en masa en las actividades extraescolares de fútbol, el club podría convertir a los equipos del colegio en una subsección de su fútbol base. Una simbiosis entre educación y deporte que refleja la ambición del Espanyol por expandir su influencia más allá del estadio, llevando los valores de su cantera a las nuevas generaciones.
