En el Espanyol, a la espera de saber si se producen cambios accionariales que cambien el panorama, hay un tándem que empieza a marcar el rumbo del club tanto dentro como fuera del campo. Fran Garagarza, director deportivo, y Manolo González, técnico del primer equipo, han tejido una relación basada en la confianza mutua y en una visión compartida de futuro para la entidad. Una conexión que, más allá de las buenas palabras, quedó reflejada en el reciente acto de Sant Jordi, donde el dirigente vasco lanzó un mensaje claro hacia la cúpula directiva encabezada por Chen Yansheng: es hora de dar un paso adelante.

Garagarza fue quien confió en Manolo en los momentos más delicados. Lo trajo primero para liderar al filial en julio de 2023, y no dudó en apostar por él cuando el primer equipo quedó sin timonel tras la destitución de Luis Miguel Ramis en marzo de 2024. El técnico gallego, sin experiencia previa en Primera división, asumió el reto y logró el ascenso. Es cierto que, tras aquella gesta, el club tanteó la llegada de Sergio González para dirigir al equipo en la élite, pero, por diversas razones, no se concretó. Manolo permaneció en el cargo y, pese a un arranque de temporada complicado, Garagarza mantuvo firme su respaldo cuando arreciaban las críticas. Hoy, con el equipo rozando la permanencia, esa decisión ha resultado clave.
El director deportivo, lejos de limitarse a un discurso complaciente, aprovechó el acto institucional en la Rambla de Catalunya para recordar que el futuro económico del Espanyol sigue sin estar resuelto. Ante la incertidumbre por la ampliación de capital prometida por la propiedad, Garagarza subrayó la necesidad de reforzar la plantilla con jugadores en propiedad, evitando otro año en el que la columna vertebral del equipo dependa de cedidos.

“No vamos a poder ir a un esquema de ocho cedidos y tres jugadores libres. Conseguir jugadores de nivel que estén libres y sean viables es muy difícil. Tenemos que empezar a pensar en dar un paso más. Si queremos algunos jugadores, debemos intentar que sean activos en propiedad. Otra cosa es que podamos, pero querer tenemos que querer. El club debe vivir el presente, pero también pensar en el futuro. El hoy está bien, pero el mañana también nos ocupa”, advirtió Garagarza, en un mensaje directo a la propiedad.

Estas palabras, lejos de ser anecdóticas, evidencian una posición firme del director deportivo, que hasta ahora había sido percibido como un hombre cercano a Chen Yansheng. Ahora, con el respaldo que le otorgan los resultados deportivos, Garagarza se alinea con las necesidades del cuerpo técnico y de la afición, reclamando un proyecto con bases sólidas y sostenibles.
La continuidad de Manolo González, que recientemente cumplió 50 partidos al frente del primer equipo entre todas las competiciones, no está en cuestión. Garagarza lo dejó claro: “Puede parecer ventajista ahora, pero con Manolo ascendimos, estamos con 39 puntos, y ya se ve el cariño que le tiene la afición. Es un orgullo. Mucha gente me para por la calle para decirme ‘que Manolo siga, es mi ídolo’. Se lo ha ganado con su día a día y su forma de ser. En su momento ya lo dijimos, lo demostramos y apostamos por él. No hay ninguna duda. Con el Espanyol en Primera, Manolo tiene contrato. Mi relación con él va más allá de la dirección deportiva. No hay ninguna alarma con Manolo. Está cómodo y contento. Es un entrenador de cantera, de valores. Mejor imagen no hay”.

Esa estabilidad en el banquillo ha permitido al Espanyol construir un equipo competitivo pese a las limitaciones económicas. Bajo la dirección del gallego, el equipo ha logrado resultados de prestigio ante rivales de entidad, tanto en casa como fuera, y ha devuelto a la afición la confianza en un proyecto que parecía desdibujado tras el descenso.
Ahora, con el objetivo de la permanencia al alcance —39 puntos sumados, a falta de seis partidos—, el foco se desplaza a los despachos. Garagarza y Manolo González forman un bloque sólido, con una hoja de ruta clara. La pelota está en el tejado de Chen Yansheng, que deberá responder a la altura del momento. Si de verdad se aspira a algo más que sobrevivir en Primera, será imprescindible dotar a este proyecto de recursos y estabilidad.

El Espanyol, con su historia, su afición y su identidad, merece un futuro más ambicioso. La alianza entre Garagarza y Manolo es el primer paso. Pero necesita el compromiso de todos los estamentos del club para consolidarse.
