El Espanyol afronta una temporada en la que el objetivo de la permanencia obliga a buscar recursos en todas las líneas, y su defensa se ha convertido en este sentido en una inesperada fuente de goles: con 6 de los 20 tantos del equipo, los zagueros habían asumido un protagonismo goleador que contrasta con las discretas cifras de la mayoría de jugadores ofensivos. Esto es casi el 30 por ciento de los goles blanquiazules nacidos desde la retaguardia, lo cual evidencia el compromiso de las defensas, pero también la necesidad de que otros futbolistas den un paso adelante.
Cabrera y Kumbulla, líderes en ambas áreas
En lo alto, con dos goles están Leandro Cabrera y Marash Kumbulla. El uruguayo marcó en el 3-1 ante el Celta y en el empate ante el Leganés, siendo decisivo en ambos casos. Por su parte, el cedido Kumbulla se ha convertido en un pilar en momentos clave, como cuando marcó el triunfo 2-1 contra el Mallorca y permitió llevarse un punto valioso en el empate a uno en el Sánchez-Pizjuán.

A estas cifras se suman las dianas de Álvaro Tejero, que marcó el gol del honor en la dolorosa derrota en San Mamés (4-1), y Carlos Romero, que contribuyó a sumar los tres puntos en el ajustado 2-1 frente al Rayo Vallecano.

¿Dónde está el resto?
Mientras la defensa cumple con creces, los números de los atacantes dejan mucho que desear. Salvo Javi Puado, pichichi del equipo con siete goles y el único que está rindiendo a un nivel notable, el resto de los delanteros y jugadores de segunda línea está muy por debajo de las expectativas.

Jofre Carreras, pese a su buen rendimiento global, apenas suma dos tantos, mientras que Cheddira y el ya fuera del equipo Cardona, llamados a ser referencias ofensivas, solo han marcado un gol cada uno. Roberto también acumula una única diana, aunque en su caso es lógico ya que apenas ha disputado poco más de un partido.
Una dependencia insostenible
El peso que la defensa está asumiendo en ataque evidencia dos realidades. Por un lado, el equipo de Manolo González ha sabido explotar determinadas acciones que han permitido a los zagueros brillar en el área rival. Por otro, deja al descubierto la escasa eficacia ofensiva del resto del plantel, un factor que está convirtiéndose en un problema a medida que avanza la temporada.
Evidentemente, la aportación goleadora de los defensas ha sido crucial para el Espanyol, pero depender de ellos como solución a largo plazo es insostenible. Los delanteros deben asumir el relevo para asegurar una permanencia que, de momento, se está construyendo en gran medida desde atrás. La clave del éxito pasa por equilibrar esta balanza, liberando el potencial de una plantilla que, sobre el papel, debería tener más argumentos ofensivos.
