Los compromisos internacionales para los jugadores del Espanyol, Alex Král y Marash Kumbulla, dejaron una mezcla de sensaciones tras sus respectivas actuaciones con las selecciones de República Checa y Albania. Ambos fueron titulares, pero sus noches se desarrollaron de manera muy distinta, con Král experimentando una participación significativamente más breve que Kumbulla, que mostró solidez durante todo el encuentro.
Král: participación discreta y una derrota contundente
El centrocampista Alex Král comenzó de titular en el partido entre República Checa y Georgia, que terminó con una dolorosa derrota por 4-1 para los de Ivan Hasek. Král, que era citado por primera vez desde que el citado Hasek se hiciese cargo de la selección checa, solo disputó los primeros 45 minutos, siendo sustituido al descanso por Lukas Kalvach, el autor a la postre del único gol checo. Su actuación fue discreta, destacando por una correcta distribución de balón y su capacidad para participar en la creación, pero con ciertas lagunas en cuanto a pérdidas y faltas. En total, Král tuvo 27 toques de balón y completó 19 pases, 14 de ellos de forma correcta, incluyendo uno clave que mostró su intención de generar juego ofensivo. Sin embargo, sus 8 pérdidas de balón y una tarjeta amarilla en el minuto 38 empañaron su rendimiento. Cuando fue reemplazado, el marcador era desfavorable por 1-0, pero la segunda mitad evidenció las carencias del equipo checo, que terminó goleado por 4-1.
Kumbulla: firme en defensa en la victoria de Albania
Por su parte, el central Marash Kumbulla vivió una noche completamente diferente. Titular con Albania en su victoria por 1-2 frente a Ucrania, el defensor del Espanyol demostró una notable seguridad en la retaguardia, siendo parte activa en la victoria de su equipo. A lo largo de los 90 minutos que disputó, Kumbulla se mostró firme, sin cometer errores y aportando en cada faceta defensiva. Sus números más remarcables son éstos: realizó ocho despejes cruciales, ganó todos sus duelos aéreos (4 de 4), y tuvo éxito en el 100% de sus duelos en el suelo. Además, logró un 92% de acierto en sus pases, lo que evidenció su confianza en la salida del balón y su capacidad para mantener la posesión de manera eficaz. A diferencia de su etapa en el Espanyol, donde suele ser amonestado con regularidad, esta vez no vio ninguna tarjeta, contribuyendo a una actuación impecable que le permite seguir consolidándose como un baluarte en la zaga albanesa.
