El RCD Espanyol se juega este sábado la permanencia en LaLiga EA Sports en una auténtica final a vida o muerte frente a la UD Las Palmas. El equipo de Manolo González depende de sí mismo para seguir en Primera, y el escenario —el RCDE Stadium— promete ser un hervidero blanquiazul. No es la primera vez que el club llega con el agua al cuello a una jornada 38. En 2006, el conjunto perico logró una salvación agónica ante la Real Sociedad gracias al histórico gol de Coro en el tiempo de descuento. Uno de los protagonistas de aquella tarde, Walter Pandiani, ha concedido una entrevista a SPORT en la que repasa aquella experiencia y lanza un mensaje claro de ánimo y responsabilidad tanto a la plantilla como a la afición.
“El equipo tiene herramientas para conseguirlo”, asegura Pandiani, convencido de que, como en 2006, el factor campo y el empuje del público pueden marcar la diferencia. “Se juega de local, con su gente, en un estadio que va a estar abarrotado. Ya desde estos días debe empezarse a sentir lo que se está jugando el equipo. La gente tiene que empezar a demostrarlo todo. Y los jugadores tienen que dejárselo todo”.
Pandiani sabe lo que es vivir con la presión al límite. Aquel Espanyol de 2006 llegó a la última jornada dos puntos por encima del descenso tras perder ante el Barça. “Esa semana la gente fue bastante cercana y eso es lo importante. Estar arropado y con la confianza de que se va a conseguir”, recuerda. Y aunque el equipo comenzó la semana tocado, la conexión con la afición fue clave. “Tuvimos jornada de puertas abiertas y la gente nos acompañó al entrenamiento. Eso te da un montón de fuerza y de confianza”.
El ex delantero uruguayo admite que no fue sencillo afrontar aquel encuentro. El gol no llegaba, las ocasiones se acumulaban, y los nervios amenazaban con desbordarse. “Hicimos un montón de cosas durante el partido para poder conseguir un gol tempranero y no pudo ser. Haber llegado hasta el último minuto en esas condiciones… fue duro. Con jugadores llorando en la cancha como Tamudo o Luis García. Yo los ‘reputeaba’, les decía que todavía teníamos tiempo. Había que meterlo”.
Finalmente, en el minuto 91, Dani Jarque envió un balón largo, Pandiani lo peinó y Coro firmó la salvación. “Fue como lograr un campeonato de Liga en ese momento. Era muy importante para el club, para los aficionados y para los propios jugadores”.
En la conversación con SPORT, Pandiani deja claro que, aunque el rival esté descendido, la exigencia no puede bajar ni un milímetro: “Por mucho que Las Palmas esté descendida, es un rival que va a querer dejar bien parado al club. Será un partido complicado. Tiene que notarse desde el primer momento quién necesita el resultado”.
Sobre cómo debe encarar el equipo una semana como esta, Pandiani es rotundo: “No se trabaja de manera diferente. Creo que todas las semanas deben ser similares. Hay motivaciones extra por diferentes circunstancias, pero la motivación para jugar una competición como la Liga española debe ser absoluta”.
Y si el marcador no acompaña, o si el Leganés se adelanta en Butarque, Pandiani insiste en que la clave es la fortaleza mental. “El equipo lo que tiene que hacer es creer en su trabajo. Es el momento de dar la cara, luchar. No se puede dudar, hay que ser superiores en todos los sentidos”.
A la afición, le pide lo mismo que vivió en 2006: aliento incondicional, incluso si se llega al minuto 80 con empate a cero. “Seguir apretando, ir hacia delante. Siempre. Más allá de lo que pase, la gente va a ser la misma el año que viene. Es la única que no cambia”.
El Rifle abe que en partidos como este no hay espacio para medias tintas. Y si hay alguien autorizado para dar consejos en estos momentos, ese es él. Porque como dice en su entrevista a SPORT, “el Espanyol se ha caracterizado siempre por ser un equipo de sufrimiento”. Pero también, y sobre todo, por no rendirse jamás.
