Lunes complicado en La Grada Ràdio, y no solo por el sabor amargo que dejó el tropiezo del Espanyol en Butarque. El 3-2 ante el Leganés ha sentado como un jarro de agua fría en el entorno perico, y el programa de este lunes ha servido como termómetro del estado anímico del espanyolismo. Una mezcla de decepción, enfado y resignación que se cuela entre las ondas, pero también un punto de rebeldía ante lo que viene: el derbi. Porque este jueves llega el partido más simbólico del curso y el Espanyol lo afronta con la soga todavía apretando.
Durante el programa, se ha analizado a fondo el naufragio en Butarque, señalando la primera parte del equipo como el origen de todos los males, y para valorar el papel de Manolo González, que no acertó con el planteamiento inicial y cuyos cambios no surtieron efecto hasta que ya era tarde.
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Pero el foco no ha estado solo en lo deportivo. Ha cobrado peso la reflexión de fondo: esto no va solo de titulares, va de fondo de armario. El mensaje que han venido lanzando tanto Garagarza como Manolo González durante ha sido comentado con especial atención: el Espanyol necesita una plantilla, no sólo un once. Porque cuando faltan piezas como Pol Lozano u Omar, el equipo lo nota… y mucho.
Y claro, con el Barça en el horizonte, el debate se ha calentado. ¿Cómo llega el equipo al derbi? ¿Se hará el pasillo si los culés llegan como campeones? ¿Cómo evitar una posible celebración blaugrana en el RCDE Stadium? Preguntas incómodas que han salido en antena, pero con una idea clara por encima de todo: el Espanyol no puede fallar más. Quedan tres partidos y la permanencia no está asegurada. Toca responder. Ya.
Una premisa que muchos olvidan: el Espanyol depende de si mismo
De todas maneras, el mensaje de Francesc Via ha querido ser tranquilizador, insistiendo en la premisa de que el Espanyol sigue dependiendo de sí mismo, a diferencia de otros equipos que siguen con posibilidades matemáticas de caer al pozo de LaLiga Hypermotion. Si la afición del RCDE está preocupada, es un ejercicio saludable ponerse en el lugar de las de la UD Las Palmas o el Leganés, incluso de Girona y Sevilla, que muy posiblemente firmarían afrontar la recta final del curso con los guarismos de los espanyolistas.
La derrota en Butarque reactiva las críticas a Manolo González
El 3-2 en Leganés no solo ha sido un golpe duro para el Espanyol en su lucha por la permanencia; también ha servido para reabrir el debate sobre la figura de Manolo González. Tras varias semanas de cierta calma, los sectores más críticos con el técnico han aprovechado la derrota para volver a cuestionar su capacidad al frente del equipo.
La primera parte en Butarque y su planteamiento, que ciertamente no fue el más idó neo, ha sido el principal argumento para señalar la falta de preparación táctica y de reacción desde el banquillo. En redes sociales y tertulias se ha vuelto a poner en duda su lectura de partido y su manejo de los momentos clave, olvidando demasiado pronto que Manolo ha sido clave en momentos delicados y la plantilla que tiene a sus órdenes, trabajadora y voluntariosa, profesional, pero limitada en talento. Con el derbi a las puertas y la salvación aún en juego, el entorno perico vuelve a dividirse. El ruido ha regresado.
Los audios del VAR indignan al espanyolismo: ¿querían expulsar a Joan García a toda costa?
La publicación de los audios del VAR en la jugada que pudo costarle la expulsión a Joan García en Butarque ha encendido los ánimos en el entorno del Espanyol. Pese a que las imágenes demuestran que no hay contacto desde la sala VOR le piden al colegiado de campo Alberola Rojas, que había interpretado falta de Joan y le había mostrado la amarilla, que acuda a la pantalla.
🗣️ AUDIO REVISIÓN VAR
🗓️ Jornada 35 | Primera División
⚽️ @CDLeganes 🆚 @RCDEspanyol | 58′#ArbitrajeRFEF | @CTARFEF pic.twitter.com/h8D6XPXt8u
— RFEF (@rfef) May 11, 2025
La pregunta es inevitable: si el VAR confirma que no hay contacto, ¿por qué se interviene? La llamada, en lugar de aclarar, generó más confusión y dejó claro que desde la sala de videoarbitraje había predisposición a expulsar al portero blanquiazul. La sensación es que se buscó forzar una decisión que no se sostenía con lo que una vez más, el uso del VAR queda en entredicho. No por un fallo tecnológico, sino por una gestión que alimenta las sospechas. Y esta vez, en un partido clave para la permanencia del Espanyol.