El Espanyol logró una importante victoria ante el Mallorca que le permite alcanzar los 10 puntos en 10 jornadas, colocándose en posición de permanencia cuando ya se ha disputado casi un cuarto de la competición. Con un equipo en reconstrucción, sin grandes inversiones y lleno de jugadores cedidos, los de Manolo González están superando las expectativas iniciales en un año marcado por una meta clara, la supervivencia.

El objetivo del club desde el inicio de la temporada era claro: mantenerse en la categoría y evitar las pesadillas vividas en el pasado reciente, en que hasta dos veces se consumó el descenso a Segunda división. Sin dinero para grandes fichajes, el Espanyol apostó por una plantilla compuesta en su mayoría por jugadores cedidos, cuyo rendimiento era toda una incógnita. Sin embargo, Manolo González, evitando la crítica y los lamentos y agradeciendo por el contrario el trabajo hecho por la dirección deportiva con unos recursos mínimos, está logrando sacar lo mejor de este grupo, y varios de sus futbolistas están rindiendo a un nivel muy destacado, algo que habla muy bien del trabajo de un técnico que está sabiendo conseguir la mejor versión de algunos hombres.

Por destacar sólo algunos de ellos, hay futbolistas como Marash Kumbulla, que llegó entre dudas por su trayectoria en Italia y que sin embargo está brillando en la defensa a un nivel altísimo, aportando incluso gol; también es de justicia mencionar a Jofre Carreras, que está viviendo su mejor momento como profesional, demostrando que la confianza de Manolo ha sido fundamental para su evolución. La mezcla entre veteranos y jóvenes ha dado lugar a un equipo que no solo compite, sino que cree en el proyecto del técnico. La unión de los jugadores es evidente en cada partido, y esa entrega sin condiciones está siendo reconocida por la afición blanquiazul, que se siente identificada y aprecia el esfuerzo y la lucha incansable de los suyos.
”Tonto no soy”.
Manolo González se reivindica. #DeportePlus pic.twitter.com/T97xXe77fW— Fútbol en Movistar Plus+ (@MovistarFutbol) October 5, 2024
Manolo González, en una merecida reivindicación durante la rueda de prensa posterior al partido del sábado, se ha ganado el derecho a la confianza del club y de la afición. A pesar de las dudas que surgieron por su falta de experiencia en los banquillos de élite -hasta hace pocos meses no había entrenado más allá de la antigua Segunda B-, el gallego ha demostrado estar cuanto menos tan capacitado como otros técnicos con más nombre que han pasado por el banquillo blanquiazul en los últimos años. Sin grandes recursos, ha sabido sacar el máximo rendimiento de sus jugadores, mejorándolos y creando un equipo que compite partido tras partido, independientemente del resultado final.
Ahora, llegado el parón de selecciones, el Espanyol se ha ganado sobre el verde y desde el banquillo afrontar el futuro con un mayor optimismo. Los retos que vienen tras este respiro serán exigentes, pero la evolución del equipo y la creciente confianza en el proyecto invitan a pensar en positivo. Los fantasmas del descenso no se han desvanecido del todo, pero el equipo está demostrando que tiene las herramientas para luchar por su objetivo de la permanencia.

Es momento, pues, de aparcar el pesimismo y las dudas, y empezar a confiar más en este Espanyol que, contra todo pronóstico, está sobreviviendo en un entorno hostil y demostrando que el trabajo, la entrega y la fe en un proyecto bien gestionado pueden superar las carencias en lo económico. El futuro sigue siendo incierto, pero la afición perica tiene motivos para creer en el equipo y en Manolo González.
