La temporada del Espanyol se está haciendo ya larga antes de alcanzar siquiera su ecuador. Las esperanzas de supervivencia dependen de decisiones que aún no pueden tomarse y de refuerzos que tendrán que esperar a enero, en un mercado de invierno que se vislumbra como la única esperanza real para una plantilla muy limitada. La política de Chen Yansheng de no invertir en verano dejó al director deportivo perico Fran Garagarza sin recursos para reforzar un equipo que ahora, con cinco derrotas en los últimos seis partidos, se tambalea a un solo punto de la zona de descenso.
El reto de afrontar la primera vuelta sin más refuerzos es monumental. Los de Manolo González miran hacia los siete partidos que restan antes de la pausa navideña, conscientes de que ahí se juega gran parte de su futuro en Primera división. Tras el Barça, un partido en el que pocos confían en rascar algo positivo, el calendario les reserva una serie de encuentros clave ante rivales de “su liga”, como Valencia, Girona, Celta, Getafe, Osasuna y Las Palmas. Son partidos donde los blanquiazules tendrán que sumar el máximo de puntos posible para evitar que el abismo del descenso se vuelva prácticamente en definitivo, ya que de lo contrario para el 1 de enero podría ser ya demasiado tarde. Con la posibilidad de enfrentarse luego a Leganés y Valladolid en el inicio del año, estos próximos meses pueden ser la diferencia entre empezar 2025 con el agua al cuello o respirar algo más aliviados.
Es en este contexto donde Manolo González intenta, al menos públicamente, reducir la ansiedad sobre las carencias de la plantilla. Cuestionado tras la reciente derrota ante el Sevilla sobre posibles fichajes, el técnico dejó claro su enfoque inmediato: “Primero tenemos que mejorarnos. No miro más allá. No miro ni a enero, porque ahora hay que sacar puntos como sea”. Aunque el gallego evite las excusas, la realidad es que el Espanyol necesita refuerzos y no cualquier refuerzo, sino fichajes que den la talla y que lleguen a ser decisivos, una tarea nada sencilla en enero, con el tiempo apretando, el margen de error prácticamente inexistente y dudas razonables de dónde saldrá el dinero necesario para ir a un mercado duro y muy competido.
Los movimientos del último mercado solo han contribuido a aumentar la sensación de fragilidad. Salvo excepciones contadas, los nuevos fichajes han aportado poco en un equipo que ya mostró limitaciones la temporada pasada y que hoy sigue arrastrando las mismas deficiencias. Así que no solo basta con fichar: el Espanyol está obligado a acertar. Para Garagarza, el próximo mercado de invierno es un examen donde sólo sirve una efectividad máxima, porque en los dos próximos meses el equipo podría encontrarse demasiado lejos de la orilla como para salvarse con fichajes tardíos.
A medida que avancen los partidos, cada empate, cada derrota o victoria ayudarán a dictar sentencia. Mientras tanto, la afición seguirá en vilo, contando los días y las jornadas que aún separan al Espanyol del mercado de enero, esperando que el equipo aguante lo suficiente para que los refuerzos sean aún una solución, y no un recurso últimoquin sabe si ya demasiado tardío.
