El RCD Espanyol está pasando por uno de los momentos más delicados de los últimos años. A estas alturas de LaLiga EA Sports 2024-25, tras 16 jornadas y un partido pendiente contra el Valencia, los pericos ocupan la decimoctava posición con 13 puntos. Con 10 derrotas en 15 partidos (4 victorias y un empate), la estadística no engaña: ésta es la segunda peor racha de derrotas de la historia del club a estas alturas en una temporada de Primera división -cosechada eso sí seis veces anteriormente- tras las 11 de la 2003-04. Sin embargo, y pese a las evidentes dificultades, el pasado invita a la esperanza.

Un registro preocupante, pero no definitivo
Como decimos, el Espanyol solo ha vivido una situación similar en siete ocasiones a lo largo de su historia. De esas campañas, la única en la que terminó descendiendo fue en la 2019-20, lo que indica que incluso en circunstancias tan adversas, el equipo tiene opciones de salvarse. La referencia histórica más negativa es como decimos la temporada 2003-04, cuando el conjunto blanquiazul arrancó con 11 derrotas en 15 jornadas, pero acabó logrando la permanencia.
Este dato, aunque esperanzador, contrasta con un presente marcado por la falta de reacción. El lunes pasado, los de Manolo González ofrecieron una actuación muy gris ante el Getafe en el Coliseum, cayendo por 1-0 sin que el portero rival, David Soria, tuviera que intervenir.

Deficiencias evidentes en ataque y defensa
Evidentes los problemas del Espanyol este curso son en ambas áreas del campo. Con 15 goles en 15 partidos – un promedio de un gol por encuentro -, el equipo es junto al Rayo Vallecano el quinto equipo menos goleador del campeonato. Defensivamente, las cifras tampoco son halagüeñas: 28 goles encajados, que le convierten en el segundo equipo más goleado de LaLiga, sólo por detrás del Valladolid. Este desequilibrio, sumado a la incapacidad de sumar puntos lejos del RCDE Stadium -1 punto sobre 24-, refleja la fragilidad del equipo, que sigue siendo el peor visitante de la categoría.

El golpe moral de la eliminatoria en Copa
A esta mala racha en Liga se suma la eliminación en la Copa del Rey a manos del modestísimo Barbastro, equipo de la Segunda RFEF. La derrota por 2-0, con un planteamiento claramente condicionado por la prioridad de la salvación, enfureció a una parte de la afición, que no perdonó la falta de competitividad mostrada. Manolo González justificó su decisión, pero el mal partido de algunos jugadores titulares en el Municipal de la capital del Somontano dejaron expuestas las carencias de una plantilla que necesita reaccionar cuanto antes.

El futuro de Manolo González en el aire
El entrenador blanquiazul no oculta la presión baja la que trabaja. En las últimas semanas, los rumores sobre un posible relevo en el banquillo han cobrado fuerza. Sin embargo, Manolo insiste en que se siente capaz de revertir la situación. El Espanyol encara un calendario clave este diciembre, con la necesidad de sumar puntos y recuperar la confianza perdida. Aunque las estadísticas no son alentadoras, la historia reciente demuestra que, incluso en los momentos más oscuros, los pericos han sabido salir adelante, y ahora sólo cabe esperar que el equipo y el cuerpo técnico estén a la altura del reto. La permanencia aún es posible, pero es cierto que el margen de error se reduce jornada tras jornada.

