En Cornellà se vivió una de esas tardes que explican por qué el fútbol no se entiende solo con estadísticas. El Espanyol se llevó una victoria sufrida y celebrada por todo lo alto, mientras que Osasuna salió del RCDE Stadium con un cabreo monumental por una acción concreta: el posible penalti de Pol Lozano sobre Víctor Muñoz en el minuto 54.
La jugada fue así: balón dentro del área, Víctor Muñoz encara y en el forcejeo con Pol Lozano acaba en el suelo. Los rojillos reclamaron con los brazos arriba, convencidos de que había infracción. El árbitro, Sesma Espinosa, hizo un gesto claro de “sigan, sigan” y desde la sala VOR tampoco se corrigió nada. El partido siguió su curso, pero Osasuna ya no se bajó del enfado.
Víctor Muñoz, protagonista de la acción, fue rotundo al acabar: “Penalti muy claro”. Contó que en directo sintió el contacto y que, al ver las imágenes después, no le quedó ninguna duda: “Le he ido a preguntar al árbitro y me ha dicho que no ha visto nada. Yo en directo noto el contacto. Cuando he salido me han enseñado las imágenes y solo hay que verlo, me da con la rodilla, pienso que es muy claro pero que cada uno saque conclusiones”.
Su entrenador, Alessio Lisci, intentó templar los ánimos, aunque también dejó caer que esto no es algo nuevo. “Debemos esperar a tener más suerte, a veces se equivocan y otras aciertan, es así”, dijo primero con calma, pero cuando se le insistió sobre la acción cambió de tono: “Qué quieres que te diga. Otra pregunta, por favor”. Y en una reflexión que sonó a aviso al estamento arbitral, recordó lo ocurrido en el playoff del año pasado ante el Oviedo: “Hay cosas que se reiteran, venimos del año pasado, se ha visto cómo acabó, y hoy igual. Me sabe mal”.
Tampoco se mordió la lengua el portero rojillo, Sergio Herrera, que reconoció que el equipo entró mal al encuentro, pero añadió sobre la polémica que el VAR “ha entrado por penaltis más grises que este”. Y para rematar, puso en duda hasta el estado del césped tras la ocasión fallada por Catena en el añadido: “El campo está fatal, no está del todo regular. Igual el balón ha botado mal. Una pena porque era muy clara al final para el 1-1”.
La lectura, pues, fue clara: en Osasuna veían un penalti de libro que les pudo cambiar el partido. Incluso en redes, el perfil “Archivo VAR” lo zanjaba con contundencia: “🖥️💥 El VAR pasó por completo de un penalti en el Espanyol – Osasuna. Pol Lozano golpea por detrás en la pierna apoyada de Víctor Muñoz, derribándole dentro del área. ❌ Penalti claro”.
🖥️💥 El VAR pasó por completo de un penalti en el Espanyol – Osasuna.
👉🏻 Pol Lozano golpea por detrás en la pierna apoyada de Víctor Muñoz, derribándole dentro del área.
❌ 𝗣𝗘𝗡𝗔𝗟𝗧𝗜 𝗖𝗟𝗔𝗥𝗢.
▪️ Sesma Espinosa no apreció la infracción y Melero López se lavó las manos. pic.twitter.com/szKBI6y5ja
— Archivo VAR (@ArchivoVAR) August 31, 2025
Mientras tanto, en clave perica, la película era otra. El equipo de Manolo González sumó tres puntos de oro, volvió a demostrar solidez en casa y confirmó que la dinámica es positiva. Que Osasuna se marchara enfadado forma parte de este juego en el que cada uno interpreta el reglamento desde su prisma, pero lo indiscutible es que el Espanyol sigue creciendo, apoyado en una afición que se marchó del estadio con la sonrisa grande y la sensación de que el equipo responde cuando más se necesita.
Dos visiones opuestas de la misma tarde: queja y resignación en los de Pamplona, y alegría y confianza renovada en Cornellà-El Prat. Y al final, lo único que vale son los tres puntos que se quedan en casa.
