Durante unos minutos, ante el Amorebieta, el Espanyol estuvo a un único tanto de lograr un panorama casi ideal cara a la última jornada de competición regular, ya que esa diana le hubiese permitido situarse a tan solo una unidad del ascenso directo, dejando todo abierto en el último enfrentamiento. Sin embargo, no se obró el milagro y no le queda más remedio a los de Manolo González que intentar ascender mediante la vía de la promoción, del playoff. Algo que pese desde el vestuario insisten ha de ser visto como una oportunidad, a ojos del aficionado es un fracaso, ya que el objetivo primordial era conseguir una de las dos plazas de ascenso directo. Ciertamente, consumado el pasado año el sexto descenso del Espanyol, el objetivo era claro: regresar cuanto antes a Primera, como en los cinco precedentes. El cuadro blanquiazul, uno de los diez fundadores de la Liga, no perdió por primera vez la categoría hasta 1962, y desde entonces siempre que ha caído en el pozo de Segunda ha tardado sólo una temporada en regresar a la máxima categoría. En los cinco casos precedentes costó mucho sacrificio, ya que hacerlo a la primera es un reto mayúsculo, pero esa dificultad se multiplica si ha de ser vía promoción, algo que sucederá por tercera vez en la historia.
En 1963, el Espanyol hubo de jugar una promoción de tres partidos
El primer descenso a Segunda del Espanyol, que se consumó el año 1962 al caer ante el Valladolid en una agónica promoción, fue necesario recurrir a otra para volver a Primera. Con Heriberto Herrera en el banquillo y el ex blaugrana Domingo Balmanya como responsable de confeccionar la plantilla, el equipo acabó la fase regular del Grupo Norte (había dos subdivisiones en Segunda) (Norte y Sur) segundo, por detrás del Pontevedra, lo que era un problema, ya que sólo ascendían de manera directa los respectivos campeones. En la promoción se necesitaron tres partidos muy exigentes para superar al Mallorca, con un 2-1 en Sarrià que exigió una remontada ante el inicial gol balear; otro 2-1 en el Lluís Sitjar, y desempate en el Santiago Bernabéu con gol de Idígoras en el desempate.
El descenso de 1969 llegó por vía directa y el retorno llegó igual, sin necesidad de promoción.
La dramática tanda de panaltis de Málaga, la parada de Melendez y el gol de Albesa
El descenso de 1989 y el ascenso de 1990 fueron extremadamente complicados para el Espanyol. Primero se perdió la categoría en una promoción contra el Mallorca, con derrota en el Lluís Sitjar en la prórroga con un gol anulado a Golobart. La Segunda división incluía 20 equipos, y subían dos y promocionaban otros dos; el encargado de dirigir al equipo fue Benito Juanet, al que a media temporada relevó Juanjo Díaz. Al final de la fase regular, el Espanyol fue quinto, y tan solo pudo acceder a la promoción porque el tercero fue el filial del Athletic Club, y no tenía opción a subir. En la promoción se superó 1-0 al Málaga en Sarrià con gol de Gabino, pero se perdió por el mismo resultado en La Rosaleda. Tras la prórroga llegó una agónica tanda de penaltis; hasta 16 hubo que ejecutar: en los primeros 5 hubo empate a 3, luego en tandas de dos nadie erró hasta que Meléndez, que sustituía a Nkono por encontrarse éste disputando el Mundial con Camerún detuvo un lanzamiento de Villa y luego Albesa marcó el gol del ascenso.
En 1994, el Espanyol cayó en la promoción ante el Santander, con gol del ex perico Michel Pineda, pero el regreso se consiguió por primera vez con un RCDE Campeón de la mano de José Antonio Camacho. Igualmente, la temporada 2020-21, Vicente Moreno, recién nombrado nuevo técnico de CA Osasuna, llevó al equipo de vuelta a la máxima categoría con 82 puntos, un curso excelente en el que el equipo se proclamó por segunda vez en su historia Campeón de la Segunda división.