Últimos días de ensayos, últimos cartuchos antes del gran salto. El Espanyol entra de lleno en una fase crucial de la pretemporada, con el partido del viernes ante el Newcastle marcando el final del camino de preparación… y el inicio del vértigo. Porque sí, ya solo quedan doce días para el estreno liguero ante el Atlético de Madrid, y aunque el trabajo hasta ahora ha sido serio y constante, no hay duda de que este equipo aún está a medio hacer.
Tras una mini-gira alemana con muy buena nota -victorias ante Wolfsburgo y Union Berlin incluidas-, el grupo de Manolo González se planta en esta semana con doble reto: afinar el equipo con una rutina ya idéntica a la que se aplicará durante la temporada, y esperar a que desde los despachos lleguen los refuerzos que faltan como el aire. Lo decía el propio Daniel Parra, preparador físico blanquiazul: “el plan de trabajo ya replica lo que será el día a día de competición”. Y eso se nota. El bloque ha ido ganando chispa, automatismos y ritmo, y en Berlín, ante un rival intenso y rocoso, se vio un Espanyol my serio.
Pero aunque los resultados invitan al optimismo -cinco partidos, cuatro victorias y solo un empate (derrota en penaltis ante el Girona)-, el cuerpo técnico sabe que no se puede vivir solo del las buenas sensaciones. Manolo González no lo ha escondido: necesita más. Y lo necesita ya.
Desde la final de la Copa Catalunya lo viene diciendo en público y en privado: faltan efectivos. La dirección deportiva, con Fran Garagarza al frente, se movió con agilidad al principio del mercado, pero en las últimas semanas el ritmo ha bajado, y solo la llegada de Tyrhys Dolan ha roto el silencio. Se buscan, como mínimo, dos centrocampistas y un central. Y si hay margen, también un extremo. Pero lo esencial, lo urgente, es músculo.
Jugadores del primer equipo, según explicaba ayer Francesc Via en La Grada Ràdio, han reconocido en privado que los partidos contra Southampton, Wolfsburg y Union Berlin han sido exigentes, y que en muchos tramos se han visto físicamente superados. Faltan perfiles físicos, han comentado entre ellos. Es decir, gente que gane duelos, que choque, que imponga. Porque calidad hay, eso lo reconocían hasta desde el propio Union Berlin. “Técnicamente, los jugadores del Espanyol están por encima de la media alemana”, decían desde el club berlinés. Pero también ha quedado claro que, en lo físico, los equipos ingleses y alemanes les superan. Y eso, con el Atlético de Madrid como primer rival oficial, no es precisamente una buena noticia.
Ahí entra en juego un nombre que ha sonado con fuerza: Berkan Kutlu. El internacional turco gusta mucho al cuerpo técnico: en el Espanyol creen que puede descargar de trabajo físico a Ramon Terrats y Edu Expósito, permitiendo que ambos se centren en tareas creativas. No es titular indiscutible en el Galatasaray, pero sí un jugador de carácter y despliegue, pero el problema es que el club otomano no da su brazo a torcer y ya ha rechazado dos intentos por parte del Espanyol por insuficientes a nivel económico -de momento, todas las ofertas llegadas de Barcelona están lejos de esos 4’5 millones que pretenden ingresar, una cifra ciertamente elevada tratándose de un suplente-.
Habrá que esperar a ver si el deseo del futbolista de cambiar de aires y un posible incremento en la propuesta blanquiazul permite tender puentes, o toca centrarse en algún otro de los nombres de la lista que maneja el DD. En los últimos días ha aparecido un nuevo nombre: Tim Breithaupt. El medio alemán ‘Kicker’ aseguraba este fin de semana que el Espanyol estaría tanteando su cesión para la temporada 2025-26. ¿Interés real? ¿Una oferta formal? ¿Un nombre ofrecido por representantes, como tantos otros? Difícil saberlo a estas alturas, pero lo cierto es que el perfil del futbolista podría encajar con lo que busca Garagarza para completar su plantilla. Breithaupt, que pertenece al Augsburg, es un ‘seis’ de los de antes: grandote, físico, que se mueve bien entre líneas y que no se complica la vida. El año pasado apenas contó en el primer tramo de curso y acabó saliendo cedido al Kaiserslautern, donde sí tuvo más protagonismo: 792 minutos en 12 partidos en la 2.Bundesliga. No son cifras espectaculares, pero tampoco está mal para un jugador que aún tiene 22 años y que ha pasado por casi todas las categorías inferiores de la selección alemana. Ahora bien, que su nombre haya salido publicado no significa que el acuerdo esté ni mucho menos cerrado. El perfil de Breithaupt puede cuadrar, pero también hay otros nombres sobre la mesa. A estas alturas, lo que parece seguro es que las oficinas del club seguirán echando humo durante las próximas semanas.
Más allá del centro del campo, vuelve a aparecer otro viejo conocido: Marash Kumbulla. El central albanés fue uno de los mejores fichajes del curso pasado, y aunque regresó a la Roma, su futuro en el club italiano está bloqueado. No cuenta para Gasperini, y la posible llegada de Jan Ziolkowski lo relega aún más. El Espanyol sigue pendiente de su situación, pero el dinero, una vez más, es el gran obstáculo. Kumbulla tiene contrato hasta 2027 y un valor residual de algo más de 7 millones. La Roma, que lo ha estado ofreciendo entre otros equipos al Lens, podría aceptar una cesión con opción de compra, pero el salario y otras variables podrían complicarlo. Aun así, Garagarza lo sigue queriendo. Y eso es importante.
Desde algunos sectores se había apuntado que la llegada de Alan Pace y Velocity Sports podría haber frenado fichajes como los de Urko González de Zárate o el propio Kumbulla. Pero según ha podido saber La Grada, no es exactamente así. Ambos jugadores siguen en la lista de deseos, pero el problema, como casi siempre, es que no hay barra libre. “Queda bolsa”, decía Garagarza hace unas semanas. Pero la bolsa es limitada. Y mientras no se active la entrada formal de Pace, toca apurar con lo que ya había presupuestado.
Así, la semana empieza con muchas cosas sobre la mesa. El equipo ya carbura, y eso es buena señal. El partido del viernes ante el Newcastle será la prueba de fuego definitiva, contra un equipo físico, exigente y que no regala nada. Será el termómetro final antes de enfrentarse al Atlético. Pero el partido más importante en estos momentos, el que se juega en los despachos, sigue abierto. Y no se puede perder. Porque sin esos fichajes, por mucho que Manolo apriete, el margen para competir al más alto nivel será muy, muy estrecho.