El Espanyol no se ha quedado callado después de lo ocurrido en Son Moix. El mismo sábado, el club alzó la voz con un doble pronunciamiento: primero, a través de un mensaje claro y contundente de su director deportivo, Fran Garagarza, exigiendo respeto para el equipo, y más tarde con un comunicado oficial que, para algunos, se quedó un poco corto en contundencia.
Pero el asunto no acaba ahí. Tal como se ha comentado en La Grada Ràdio, el club ha movido ficha y ha elevado la queja a las más altas instancias del fútbol español. Desde la directiva perica han contactado con el presidente de la RFEF, Rafael Louzán, para trasladarle su indignación y pedir explicaciones. Según se traslada, la Federación estudiará el caso y ha manifestado su intención de “respetar al Espanyol”.
Lo que la afición espera ahora es que ese respeto no se quede en palabras y se traduzca en hechos. Y el primer paso, por sentido común, sería que Carlos del Cerro Grande y el Espanyol no vuelvan a cruzarse nunca más. Porque después de lo vivido en Mallorca y teniendo en cuenta su historial, no parece que haya margen para segundas oportunidades.