Después del parón de selecciones, el Espanyol ha vuelto a competir y lo ha hecho con un triunfo de mucho peso ante el Sevilla (2-1) que lo mantiene en la sexta plaza con 21 puntos, los mismos que el Betis, y con cuatro de ventaja sobre el séptimo, el Getafe. Los de Manolo González encadenaban dos derrotas seguidas, pero han sabido sobreponerse a un mal momento y sacar adelante un partido muy exigente, frente a un rival que les dominó por fases y que tuvo ocasiones claras. El Espanyol fue de más a menos en la primera parte, con un largo tramo en que fue claramente superado por el rival y mostró una imagen decepcionante en la que lo mejor fue que el equipo supo sobrevivir, y de menos a más en la segunda, en la que golpeó primero con un cabezazo de Pere Milla, luego con una genialidad de Roberto, y en la que supo resistir el arreón final tras el autogol de Cabrera. Tres puntos que refuerzan al grupo y que permiten seguir soñando en grande.
Dmitrovic, salvador; Manolo, contundente
El nombre propio de la noche fue Marko Dmitrovic. El portero serbio mantuvo con vida al Espanyol en los peores momentos y fue clave para que el equipo llegase con opciones al tramo final. “Cuando una persona es buena gente, trabaja y se deja la piel, se ve reflejado en el campo. El rendimiento que está teniendo está siendo muy bueno, me alegro mucho por él”, comentó Manolo González en rueda de prensa.
El técnico también admitió que no fue el mejor partido de los suyos, pero valoró que “el equipo se ha mantenido” y destacó el carácter de sus jugadores: “Hay que darles las gracias”. Puro ejercicio de supervivencia y también de fe: hubo muchos momentos en que el equipo no estuvo para nada bien pero supo creer sin dejarse arrastrar por el rival, algo que se echaba mucho d emenos en anteriores temporadas.
Golpe al negativismo y autocrítica constructiva
Pese a la buena situación del equipo, que con 21 puntos en 13 jornadas se asienta en la zona alta de la tabla, Manolo no dejó pasar -una vez más- la oportunidad de cargar contra las críticas que sigue recibiendo desde una parte del entorno: “Parece que hay gente a la que le jode que el Espanyol esté bien, hay gente a la que le toca los cojones”, soltó sin rodeos. El lucense insistió en que “por desgracia, el Espanyol está en un momento institucional bueno, de socios y de afición de los mejores en mucho tiempo, y bien clasificados. Por suerte estamos en un buen momento, por mucho que haya gente que quiera buscar el factor negativo”. Antes del partido dejó ir una reflexión que clarifica algo el objetivo de esas críticas:; al ser preguntado sobre su queja sobre el pesimismo que había cundido manifestado en la previa, y que por posición en la tabla y el juego era algo inmerecido, hablaba así: “¿Si es merecido?No, lo que pasa es que, bueno, no es un pesimismo ni del vestuario, ni nuestro, incluso ni del socio. Es más de un poco de la prensa que rodea al equipo que nuestro. Entonces, pues bueno, ya sabemos que aquí hay que convivir con esto y ya está. Pero sí me quejo porque al final, venir donde venimos, con lo que hemos pasado, yo creo que es para estar un poco más tranquilo porque al final, el fútbol es complicado, pero cuando se demuestra, cuando da estabilidad, las cosas funcionan mucho mejor”.
El técnico tras el partido reconoció errores en el planteamiento de la primera parte, especialmente en la gestión de la presión del rival: “Nos hemos empezado a equivocar y les hemos dado de comer. Es el punto con el que estoy cabreado, hay cosas que no nos podemos complicar nosotros”.
“No miro a Europa, miro a Vigo”
Preguntado por si mira a Europa tras este gran inicio de curso, Manolo lo dejó claro: “La verdad es que no. Miramos al Celta ahora mismo. Y ganar en Vigo, que es un partido complicadísimo. Encima pillamos al Celta en el mejor momento de la temporada”. También restó importancia a las opiniones externas sobre su figura: “No me preocupa lo que piensen de mí. Lo único que quiero es que el día que yo me vaya, la gente tenga un buen recuerdo mío”.
Próxima parada: Balaídos
Con la moral reforzada y la sexta plaza en el bolsillo, el Espanyol ya piensa en el Celta. Un nuevo reto ante un equipo que viene en dinámica ascendente. Pero si algo ha demostrado este Espanyol es que, incluso en los días flojos, compite. Y ese es el mejor síntoma para un grupo que quiere seguir creciendo.




