Estamos a sólo dos días de que Sporting de Gijón y Espanyol se vean las caras en el Molinón, en la ida de la primera eliminatoria del playoff de ascenso a Primera división. El equipo asturiano espera la cita con la moral por las nubes y con el total respaldo de la afición que llenará El Molinón; pese a que comenzó su participación en LaLiga Hypermotion rayando a un gran nivel e incluso estuvo durante muchas jornadas en posiciones de ascenso directo, su rendimiento bajó notablemente en la segunda vuelta, hasta el punto que acabó cayendo de las posiciones de playoff en las que estuvo entrando y saliendo repetidamente, hasta que gracias a un último arreón logro meterse en el preciado top 6 de la tabla.

El Sporting llega a este playoff tras haber sumado diez de los últimos quince puntos en juego y ofreciendo momentos de buen fútbol, mientras que el Espanyol lo hace sin haber perdido en las últimas dieciséis jornadas, 12 de ellas con Manolo González al frente del equipo. Precisamente hay un dato que habla mucho y bien de la capacidad de resistencia de los blanquiazules desde que el gallego ocupa el banquillo: en estos 12 partidos, 1195 minutos de juego incluidos los añadidos, el equipo blanquiazul ha ido ganando 238 minutos (un 20% del tiempo); ha ido empatando 916 minutos (un 77%) y ha ido perdiendo únicamente 41 minutos, lo que representa únicamente 41 minutos, un 3% del tiempo jugado en estos doce partidos; además, todos esos minutos, han sido jugando en casa, en el Stage Front Stadium. Así, si bien es cierto que existe un déficit de victorias desde la llegada de Manolo González al banquillo -su balance es de 4 partidos ganados y hasta ocho empates, sin ninguna derrota-, esta capacidad del equipo para impedir al rival ponerse por encima en el marcador es un argumento de mucho peso en un playoff en el que es importante no encajar resultados abultados que penalicen las posibilidades del equipo.

