El Espanyol dio un golpe certero en la primera ronda del playoff de ascenso a Primera división contra el Sporting de Gijón. El solitario 0-1 de Javi Puado fue determinante para los pericos, quienes ahora deben confirmar su pase en el partido de vuelta que se jugará el próximo jueves en el Stage Front Stadium. Las cartas están a su favor, ya que el Sporting de Miguel Ángel Ramírez necesita ganar por una diferencia de dos goles para revertir la situación; cabe recordar que el empate favorece al Espanyol debido a su mejor posición en la clasificación durante la fase regular de LaLiga Hypermotion.

Un planteamiento atrevido por parte de Manolo González y un Espanyol decidido a acallar las críticas
Había escepticismo tanto en el entorno perico como en el resto de equipos clasificados para esta promoción en las posibilidades de un Espanyol que venía de fracasar en su intento -casi obligación- de lograr el ascenso directo, y había perdido incluso la vitola de favorito a lograr esa codiciada tercera plaza para acompañar a Leganés y Valladolid de vuelta a la máxima categoría. En un ambiente absolutamente hostil, enardecido tras una semana de festejos por la clasificación a última hora para la promoción, el Espanyol tenía ante sí la misión de ofrecer su mejor cara, y ciertamente firmó una actuación que dejó muy satisfecha a su afición, reafirmó la posición de un Manolo González que pese a no haber perdido aún desde su llegada al banquillo del primer equipo -cinco triunfos y ocho empates en 13 partidos-, sigue generando dudas entre un sector del entorno, y recuperó su etiqueta de favorito para acceder a la final por ascender a Primera división. Hubo reivindicaciones por doquier: desde el verde, con unos jugadores que por fin transmitieron la sensación de ser conscientes de todo lo que hay en juego en este envite, tanto a nivel deportivo como económico e institucional; hasta el banquillo, con un Manolo González que pese a las reticencias acertó en su alineación, y supo recomponerla cuando fue necesario.

Confianza en que el Espanyol ha llegado en buena forma al playoff
Dio la sensación de que el Espanyol ha llegado al momento decisivo de la temporada, a este siempre incierto playoff, en un buen momento de forma y además el triunfo ante el Sporting supone un refuerzo anímico cara a lo que resta de promoción. El equipo, acusado tantas veces durante la fase regular de carecer de una idea clara de juego, demostró personalidad y capacidad competitiva. Puede parecer una simple cifra, pero llevar ya 17 partidos sin perder, 13 de ellos con Manolo González en el banquillo, demuestra lo difícil que es de batir este equipo, algo clave en esta fase final de la temporada, y el gallego extiende esa marca de la que hablábamos la pasada semana de únicamente 41 minutos por debajo en el marcador desde que se le dieron las riendas del equipo. Afortunadamente, el Espanyol no cayó en la tentación de mostrar una versión especulativa sabedor de que cualquier empate le valía para pasar ronda y cumpliendo la promesa hecha en la previa por Manolo González, salió a ganar pero con cabeza, con un planteamiento valiente, presionando la salida del balón por parte de unos apurados defensas rojiblancos.

Joan García estuvo sereno y acertado como siempre cuando se le necesitó, Pere Milla, como en los últimos partidos, supo entregarse a la causa habiéndosele encomendado una misión diferente a la habitual, Lele Cabrera se ha convertido en un bastión en defensa, José Gragera se superó a si mismo siendo un coloso en la zona ancha y además en el escenario más hostil posible, Keidi Bare estuvo inconmensurable, cargando de razones a los que piensan que sería un error dejarlo escapar a final de temporada, mientras Puado y Braithwaite lo intentaron constantemente, participando ambos en el solitario gol que deja la eliminatoria muy clara para el equipo perico. Sólo por nombrar algunos de los protagonistas de un partido en que el Espanyol ofreció la versión que toda la afición hubiese deseado ver a lo largo de la Liga regular, y que sin duda a poco que la fortuna hubiese acompañado habría logrado una de las dos plazas de acceso directo.

En definitiva, el resultado y la imagen mostrada dan confianza a los blanquiazules: ganaron fuera de casa, una de las carencias recurrentes de la temporada, mantuvieron la portería a cero y doblegaron a un rival complicado al que en fase regular no habían podido superar -derrota el El Molinón 2-0 y empate sin goles en casa- y al que ni siquiera habían podido batir.
