Buceando en las diferentes páginas de la historia blanquiazul, Oriol Pagès, una de las personas que más sabe del Espanyol, nos remite a los precedentes de promoción entre el conjunto perico y el Sporting que en parte recuerda a la que disputarán entre esta semana y la próxima ambos contendientes. Hay que remontarse de entrada a la temporada 1942-43, en que el Espanyol acabó 11º de catorce contendientes, habiendo de jugar la promoción frente al Real Gijón, campeón del Grupo 1 de Segunda división y cuarto en la liguilla de ascenso entre los campeones y subcampeones de los tres grupos de la categoría. Patricio Caicedo, el entrenador, concentró a los suyos en Aranjuez cara al partido decisivo que se jugaría en el Metropolitano de Madrid. El 18 de abril de 1943 se jugaba ese encuentro, y que acabó con triunfo perico por 2-1: Huguet y Juncosa pusieron el marcador en franquicia en la primera media hora de juego, acortando distancias Higinio Paladini. Match ball salvado, y el Espanyol seguía en Primera.

Por otra parte, está el precedente de la temporada 1963-64, cuando el Espanyol volvía a Primera después de un año en los infiernos de la categoría de plata. A pesar de que se preveía un año exitoso con Alejandro Scopelli al cargo de la confección de la plantilla, con Pedro Areso en el banquillo y con el fichaje de Laszi Kubala, y pese a iniciar el curso con victorias de mérito en Sarrià ante equipos como el Athletic Club (4-0) y el Real Madrid (1-0), el equipo acababa instalándose en la parte baja de la tabla. A mitad de temporada, el Espanyol era colista con siete puntos, lo que provocó el cese de Scopelli, y se dieron las riendas del equipo al citado Kubala, que pasó a ejercer de técnico y jugador. En la segunda vuelta, pese a sumar buenos resultados en Sarrià, el equipo acabó cuarto por la cola, obligado a jugar la que era su tercera promoción consecutiva. El equipo con el que se jugaba la plaza en primera era el Sporting de Gijón, que buscaba subir de categoría. En el partido de ida jugado en El Molinón, el resultado fue de 1-0, gol de Montes en el 55’.

En la vuelta, los blanquiazules, en partido jugado el 21 de junio a las 10:15 horas de la noche -horario obligado porque España y la URSS jugaban en el Santiago Bernabéu la final del II Campeonato de Europa de Naciones, el que se resolvió con el mítico gol de Marcelino– ganaron 3-0: ante un Sarrià lleno hasta la bandera, Kubala y Muñoz pusieron el marcador 2-0 favorable a los blanquiazules antes del primer cuarto de hora de juego; la sentencia, que llegaría en la segunda parte, correría a cargo de Idígoras, que de un potente cabezazo establecía el definitivo 3-0 que dejaba al RCD Espanyol en la élite del fútbol nacional.

