El Espanyol se enfrenta a una semana crucial tras el doloroso revés sufrido ante el Real Madrid en el Santiago Bernabéu (4-1), un varapalo que vino a interrumpir una muy buena racha de siete puntos de nueve posibles. Los blanquiazules se encuentran en este sentido en un punto de inflexión: dos partidos importantes, frente al Villarreal en casa y el Betis en Sevilla, pueden marcar si el equipo se acerca a la zona noble de la clasificación o si vuelve a verse cerca de la temida zona de descenso, con la que había puesto distancia antes del fiasco en la Castellana. Tras estos dos encuentros, seguirán enfrentamientos muy exigentes ante el Mallorca en casa, Athletic Club en el nuevo San Mamés, el Sevilla en el RCDE Stadium, el Barça en Montjuïc, el Valencia en Cornellà-El Prat y el Girona en Montilivi.
Ante este escenario, este tramo de competición puede determinar el rumbo del proyecto de Manolo González y, sobre todo, el ánimo de la afición perica, que había recuperado la ilusión antes del tropiezo frente al cuadro blanco.

La visita al Santiago Bernabéu dejó una sensación agridulce: aunque el Espanyol empezó fuerte, adelantándose en el marcador, los errores defensivos y la contundencia del Real Madrid sepultaron las esperanzas de los hombres de Manolo González. No obstante, tanto el equipo como el cuerpo técnico, pasado el disgusto provocado por la concatenación de errores groseros que aplanado el camino a la remontada blanca y por unas decisiones arbitrales que ayudaron a poner la puntilla a los blanquiazules, han decidido convertir esa derrota en una clave de aprendizaje. Pol Lozano fue claro tras el partido: “Debemos ser más conscientes de las oportunidades que tenemos. Con el 0-1 a favor, podríamos haber gestionado mejor el partido”. Manolo González también lanzaba un mensaje de optimismo, aunque sin ocultar la importancia de no volver a fallar. El Espanyol ha demostrado que tiene potencial, pero ahora necesita reafirmarlo ante dos rivales que no pondrán las cosas fáciles. El Villarreal, primer escollo de esta semana, llegará al RCDE Stadium con ganas de sumar, y el Betis, tras el tropiezo ante el Mallorca de este lunes, buscará no dejar escapar más puntos de su feudo.

Para el Espanyol, el duelo ante el Villarreal tiene un significado especial. Jugar en casa y con el apoyo de la afición se presenta como una oportunidad ideal para volver a la senda de la victoria. Jofre Carreras lo dejó claro el sábado: “En casa tenemos que ser fuertes. La afición es clave y tenemos que salir con todo”. El RCDE Stadium debe ser un fortín este año para lograr amarrar la permanencia como ha venido insistiendo con acierto Fran Garagarza y, en esta situación de necesidad, los jugadores saben que cuentan con el respaldo incondicional de su hinchada, que ha venido demostrando con su afluencia masiva en los encuentros jugados en el RCDE Stadium que están dispuestos a ser una vez más un factor diferencial.

Esta semana, por tanto, es de vital importancia para las aspiraciones del Espanyol. Villarreal y Betis son pruebas de fuego, y la capacidad del equipo para superar estas dificultades puede marcar el rumbo de la temporada. Si logran salir airosos de estos compromisos, los blanquiazules no solo pondrán distancia respecto a la zona de peligro, sino que podrán mirar de nuevo hacia la zona alta de la tabla con ambición renovada. Para la afición, que ha vivido momentos de tensión al inicio de esta temporada, los próximos días pueden ser el bálsamo necesario para mantener viva la esperanza en un proyecto que, a pesar de todo, ha demostrado hasta el momento estar por encima de las expectativas generadas tras un mercado con una inversión bajo mínimos.
