Su nombre está ligado a la historia más reciente del hockey patines nacional. El exseleccionador Carlos Feriche lo ganó todo a nivel internacional, con cinco mundiales y cuatro europeos. Tras unos años apartado de los focos, en 2017 regresó como uno de los impulsores del proyecto de Seccions. Solo tres años después disfruta del estreno del equipo perico en OK Liga Plata y sueña con verlo pronto en la máxima categoría. Todavía queda mucho trabajo por hacer, pero las bases ya están puestas.
¿Cómo valora el inicio de temporada?
Hemos empezado con muchísima ilusión. Los jugadores son conscientes del momento histórico del equipo y la oportunidad de poder jugar en categoría nacional. Estamos muy contentos con el esfuerzo y el trabajo que están haciendo gente que al fin y al cabo son amateurs.
El arranque liguero no ha estado nada mal.
Los resultados son muy positivos. Es verdad que el primer partido lo teníamos casi ganado y en los minutos finales faltó un poco de experiencia, pero el Alpicat es un equipo que sabe jugar y al final fue un buen resultado. El segundo partido, contra el Burguillos, un equipo más de nuestra liga, lo solventamos con comodidad.
¿Será asequible el objetivo de la permanencia?
Diseñamos un equipo para estar en la zona alta de Nacional Catalana. Al subir una categoría hay que ver dónde estaremos. Teóricamente debemos luchar por no bajar, pero también depende de otras situaciones, como la química entre los jugadores o la confianza. El domingo tenemos una prueba de fuego ante un rival con mucha historia como el Arenys de Munt. Tendremos que ver qué nos deparan los partidos ante estos equipos de la zona alta.
El equipo es joven y tiene margen de mejora.
El cuerpo técnico trabaja para ello y los jugadores también. Nosotros les damos herramientas, pero el esfuerzo lo hacen ellos. Algunos vienen a entrenar de Vilafranca o del Vendrell. Tienen calidad y capacidad de mejora. Trabajan para que el equipo sea sólido.
¿Se imaginaba poder estar ya en OK Plata tres años después del nacimiento del proyecto de Seccions?
Sinceramente, no, porque la Nacional Catalana es un embudo muy complicado. Hemos tenido la suerte de que hubo una vacante. Hemos aprovechado esta oportunidad.
¿Adquirir la plaza es un síntoma de la consolidación del proyecto?
Eso pretendemos. Nuestro objetivo es devolver al hockey patines del Espanyol a Divsión de Honor. Es verdad que para hacerlo necesitamos más socios, sponsors, ayudas… más de todo. Estar en OK Liga no es fácil y es un proyecto costoso. Estamos poniendo todo de nuestra parte. Esperamos que dentro de poco el RCDE también nos dé apoyo. Al final el club estará a nuestro lado, porque defendemos y queremos lo mismo, que el Espanyol sea potente, tenga unas secciones fuertes y tenga más visibilidad.
¿Alguna novedad en la relación con el club de fútbol?
Hemos tenido alguna reunión. Hay buenas palabras y buena intención. El club está ahora muy focalizado en el tema del ascenso, pero tiene las puertas abiertas. Si no es este año, será el siguiente.
¿Qué significaría para el Espanyol volver a tener un equipo de hockey?
Representa recuperar valores y un patrimonio deportivo que el club había tenido hace años. Te da visibilidad, porque te ven por toda Catalunya y, ahora, en España. Haces un club más grande, porque las secciones llegan a más aficionados.
¿Y para el hockey patines qué significaría tener un equipo del Espanyol en la élite?
Sería muy importante que el Espanyol estuviera en OK Liga. Con todo el respeto hacia el resto de equipos, pero un Barça-Espanyol, arrastraría mucho interés, tanto entre la afición como en los medios de comunicación.
En su caso, tras su paso por la selección, ¿qué significa iniciar este proyecto de cero y verlo crecer?
Es una satisfacción personal brutal. Cuando dejé la selección no tenía ningún proyecto y solo dije que me haría ilusión que el Espanyol tuviera un equipo de hockey en la máxima categoría. En 2017 surgió esta oportunidad gracias a la gente de la APMAE. Y aquí estamos, con mucha ilusión y con ganas de conseguir los objetivos. Nos faltan muchas cosas para tener un equipo consolidado en la élite, pero vamos caminando. Sin tropezar.