Las cosas que tiene la vida. El mismo día que el espanyolismo conmemora los 20 años de la muerte de una de las figuras que forma parte de su imaginario colectivo,<strong> José Cano “Canito”,</strong> ha fallecido otro ex-futbolista que como el de Llavorsí protagonizó su particular descenso a los infiernos; y no se trata de un jugador cualquiera, sino de uno que colores aparte ha sido para muchos el mejor que jamás ha tenido este deporte, <strong>Diego Armando
Las cosas que tiene la vida. El mismo día que la pericada conmemora los 20 años de la muerte de una de las figuras que forma parte de su imaginario colectivo, José Cano “Canito”, ha fallecido otro ex-futbolista que como el de Llavorsí protagonizó su particular descenso a los infiernos; y no se trata de un jugador cualquiera, sino de uno que colores aparte ha sido para muchos el mejor que jamás ha tenido este deporte, Diego Armando Maradona. El argentino ha muerto a los 60 años de edad víctima de un fallo cardiorespiratorio, noticia que como no ha generado una multitud de reacciones en todo el planeta.
Como bien se recordar, hay una curiosa circunstancia que une a Espanyol y Maradona: y es que el Pelusa se convirtió en actor por un día, a pesar de ser la estrella del Barcelona, en una obra de teatro benéfica promovida por los jugadores pericos, el 14 de mayo de 1984. Se trata de aquella celebrada versión de La venganza de Don Mendo que surgió por iniciativa de Fernando Molinos y auspiciada por Xabier Azkargorta en que el astro argentino representó a Ali Fafez, uno de los personajes secundarios de la obra de Pedro Muñoz Seca. Curiosamente, aquella breve actuación como el moro Alí fue su última aparición pública antes de dejar la Ciudad Condal e irse al Nápoles.
Maradona ha sido un grande del fútbol mundial, he tenido la suerte de poder verlo jugar en directo y disfrutarlo en su estancia en la Liga, de conseguir su cromo que era de los más imposibles de conseguir en la colección de esa temporada y me supo muy mal que Goiko le hiciera aquella espeluznante entrada que le arruinó la temporada.
Jugaba en el Barça si, pero ante futbolistas así, señalados con la varita divina, solo nos queda quitarnos el sombrero.
Un ejemplo más (Como Canito) de un futbolista que pasó de la cima al infierno por su mala cabeza, malas compañías y una asimilación casi de comédia de su fama, terminando en plan personaje patético y con final dramático. D.E.P