Grupo F
Georgia: Khvicha Kvaratskhelia
El extremo del Nápoles es, de largo, el mejor jugador de Georgia y, también, el más conocido. Pese a que el gran público relaciona al georgiano con un extremo al uso por su facilidad para sortear rivales, su velocidad y su gran uso de ambas piernas, en la selección de Georgia, debido a las circunstancias, tiene un rol algo distinto. El cuadro dirigido por Willy Sagnol, principalmente por la falta de talento, opta por defender atrás con un claro 5-3-2 y, Kvaratskhelia, es uno de los dos puntas. En la zona ofensiva tiene total libertad (cayendo a ambas bandas y ocupando, en ocasiones, el centro), mientras que en tareas defensivas está bastante liberado. Casi todas las posibilidades de Georgia pasan por defender bien y el papel que haga Kvaratskhelia.
Portugal: Cristiano Ronaldo
El portugués es el mejor jugador de la historia del país. Su presencia, aunque ya no es el jugador de antaño, sigue condicionando a los rivales, que saben que en cualquier momento, pese a no estar haciendo un gran partido, puede hacer sangre y marcar. Y Cristiano es eso, gol. La Portugal de Roberto Martínez, con un claro 4-3-3 (Ronaldo es el delantero centro), potencia las características de un equipo muy completo que cuenta con uno de los mayores goleadores de todos los tiempos como referencia. Cristiano capta la atención de los centrales, liberando así a jugadores de gran talento como Bernardo Silva o Leao. Aunque ya no sucede como en otros tiempos, donde todo dependía del astro portugués, y todo depende del colectivo donde Cristiano es un recurso más, el delantero sigue condicionando a los rivales por lo todo lo que ha sido y lo que, todavía, puede dar.
República Checa: Tomas Soucek
Tomas Soucek va como anillo al dedo a la selección checa. La República Checa tiende al juego directo gracias a la gran envergadura de muchos de sus jugadores, como es el caso de Soucek, que domina por completo el juego aéreo. El mediocentro, además, es un activo fundamental para las acciones a balón parado, necesarias para un equipo sin una prolongada cantidad de recursos. El centrocampista del West Ham desempeña la posición de pivote (por la derecha) en el 4-2-3-1 del combinado checo, lo que se traduce, en un jugador transcendental en tareas defensivas y en momentos de presión. Está por ver si este estilo de juego vuelve a servir, como en la anterior Eurocopa, a la República Checa.
Turquía: Hakan Çalhanoğlu
En una selección que se caracteriza por el talento de las jóvenes promesas como Arda Güler o Kenan Yildiz, el eje sigue siendo un Hakan Çalhanoğlu que en estos últimos años se ha ido reconvirtiendo y retrasando ligeramente su posición. En el 4-2-3-1 de Turquía se desempeña como uno de los dos pivotes. El antes mediapunta, como le ha pasado en el Inter de Milán, ante la irrupción de talento en la zona ofensiva, ha dado un paso atrás asumiendo asimismo más responsabilidades. Tiene el control del centro del campo: baja a la altura de la zaga para iniciar los ataques y sacar el balón y gestiona los ataques turcos. Además, su presencia en una zona más atrasada, permite que los jugadores de talento (séase Güler o Yildiz) reciban en zona de ataque sin necesidad de desgastarse bajando a recibir el balón. Su presencia es un plus para los jóvenes, veremos cómo funciona.
