Recientemente en el portal comentábamos la complicada situación que vive Borja Iglesias actualmente; el ex-perico, que en el Espanyol ofreció un rendimiento espectacular pero que en el Betis está a años luz de ofrecer su mejor versión -anotó su último gol, ante la Real Sociedad, hace 10 meses, y como verdiblanco tan sólo ha sumado tres- ha visto como su valor de mercado ha caído en picado desde que decidió dejar el Espanyol: su cotización tocó techo el verano de 2019, cuando valía los 28 millones de euros que abonó el conjunto andaluz por él, pero poco más de un año más vale al entorno de cuatro veces menos según los datos de Transfermarket.
Borja, que a día de hoy es el único de los tres delanteros de la primera plantilla del Betis de Pellegrini que no se ha estrenado este curso -Loren Morón y Sanabria están a día de hoy por delante suyo en protagonismo-, mantuvo una conversación a través de su cuenta de Instagram en la que recordó el momento de cambiar al Espanyol por el Betis, manifestando que pese a que las cosas no le están saliendo como esperaba no se arrepiente del paso dado: «Es un momento complicado, después de cómo se dio todo. Todos teníamos mucha ilusión de seguir con ese proyecto. Al final, por motivos ajenos al futbolista se dan situaciones que van cambiando. Sale el míster, Mario Hermoso. Hay momentos que ves que aquí hay algo que está cambiando. Ves que va saliendo gente y que llega poca; algo está pasando. El club, conmigo, también veía una oportunidad de mercado para hacer un traspaso. A mí, entonces, me llega un proyecto superambicioso como el del Betis, con el míster, que me conocía; una oferta mejor en lo económico, muchos años de contrato. Imagínate: te pagan más, es un proyecto más ambicioso, un estadio que has disfrutado como rival. Me decidí por venir al Betis y no me arrepiento. La situación, hasta ahora, no ha ido como a mí me habría gustado, pero creo que estoy en un lugar muy apropiado para mí. Tengo ganas de revertir la situación y de poder demostrar a todos que tengo el nivel que yo sé que tengo».
«Es más fácil dejarte llevar en el momento bueno y subirte a la ola, pero puede llegar a confundirte. Yo siempre he intentado llevarlo con perspectiva. Cuando me decían que era tan bueno, que era el mejor delantero, prefería no creérmelo y ahora estoy viviendo un momento en el que la gente tiene dudas, un momento en el que no están viendo mi rendimiento de otros años, y lo entiendo. Obviamente, yo soy el mismo que hace dos, cuatro o seis años. De hecho, considero que soy mejor, porque tengo claro lo que me hace crecer. Pero creo que es una oportunidad de salir reforzado y de ser mejor persona. Intento no darle importancia, creerme que no soy el más malo, al igual que tampoco me creía que era el mejor, cuando me lo decían», insiste el «Panda» sobre la manera en que se gestiona esta situación que vive, pasando e ser el ídolo del espanyolismo a ser muy cuestionado por parte del entorno bético.
Al margen de su actual momento Borja también repasó su año en el Espanyol, que abonó diez millones de euros por su traspaso y un año más tarde ingresaba por él 18, un «negocio» que deportivamente fue nefasto para ambas partes pero que económicamente fue positivo. Al gallego no le afectó lo más mínimo sobre la hieba lo que pago por él el Espanyol, a pesar de que muchos pensaban que era una locura hacer una inversión tan grande por un futbolista sin experiencia en la élite, pero parece que sí le está pesando ahora: «Creo que no. Obviamente, ahora mi etapa en el Betis está supercondicionada por ese tema. Pero qué diferencia hay diez millones viniendo de Segunda o 28 desde Primera. No me quita el sueño haber costando tanto y no rendir. Me siento muy agradecido de que hayan hecho una inversión tan importante en mí, esa confianza demostrada. Yo intento ser el mismo, rendir en el día a dia y dar el máximo. Hay días que salen mejor y otros peor. Yo no me acuerdo cada día de lo que costé al Zaragoza, al Espanyol o el Betis».