Andrés Prieto, que dejó el Espanyol durante el verano de 2020, ha vuelto a España para jugar en el Alcorcón. Andrés, que llegó a defender la portería blanquiazul en Europa, ha crecido durante estos dos últimos años en Inglaterra y Georgia. En el Twich de La Grada ha hablado de su pasado, de Diego López y de la portería del Espanyol.
¿Cómo fue tu experiencia por Inglaterra y Georgia.
Muy positiva. Del Espanyol fui a Birmingham, llegué con Karanka, y el año pasado decidí ir a Georgia, al mejor equipo del país, con la ilusión de volver a jugar en Europa. Han sido dos años de mucho crecimiento tanto en lo profesional como personal. Ahora estoy contento de volver a España.
¿Cómo ves lo que está pasando en la portería del Espanyol? ¿Te sorprende todo lo que está pasando?
No me sorprende a nivel de exigencia, porque la portería del Espanyol siempre ha sido una posición a la que se le ha exigido mucho. El aficionado exige mucho porque es una de las posiciones más importantes. Y por suerte ha estado muy bien cubierta estos años por grandes porteros como Kiko, Pau, Diego… que cerraron este debate. Quizás se ha sido un poco critico con Diego, pero ahora se valora. Yo lo he vivido en el Espanyol tanto en el filial como en el primer equipo.
¿Cómo se gestionan estos errores?
El error es nuestro compañero e intentamos que aparezca lo menos posible. Somos una posición que es poco agradecida. Un jugador, con un alto porcentaje de pérdidas puede no influir en el resultado, y un fallo del portero puede penalizar mucho. Por muy buenos porteros que haya se cometerán errores. El míster, por el perfil de persona o portero, puede saber si es mejor sentarlo o darle continuidad. Yo cuando es un error puntual, dentro de un partido bueno, intento olvidarlo.
Tu que coincidiste con Diego López. ¿Cómo es?
Los datos están allí y no es casualidad. Son casos como Buffon, Reina, que pueden ser lo que quieras, pero lo que está claro es que son grandes profesionales. Diego es un profesional intachable. Vive por y para el fútbol. Yo viví el lado bueno con él, que es que aprendí mucho, el malo es que era muy difícil jugar estando él.