Gerard Moreno, canterano del Espanyol, explica en una entrevista en ‘El País’ que “me gusta la posición de mediapunta, poder recibir y asociarme, me siento cómodo. Estos últimos años mi juego ha evolucionado al salir del área y buscar esos espacios. Quique Sánchez Flores fue el primero que me hizo jugar de mediapunta escorado a la derecha y empecé a hacer cosas que no hacía habitualmente y a soltarme más. Al final el jugador lo que quiere es tocar el balón, me encanta ayudar en la salida de pelota del equipo o estar en zonas libres para recibir. Intento crecer. Si echo la vista atrás soy mejor jugador que hace cinco o seis años e intentaré ser mejor dentro de dos o tres”.
Gerard Moreno, puro sacrificio en el terreno de juego, manifiesta que “soy un delantero trabajador en defensa y en ataque, soy responsable con lo que me toca aportar en defensa. Intentas estar metido en el partido, Quique Sánchez Flores -durante su etapa en el Espanyol– me dijo algo que me ha marcado mucho, y es que también hay que disfrutar cuando no tienes el balón. Al jugador no le gusta defender, pero hacerlo bien o ver a un equipo recuperar la pelota con la presión también es beneficioso. Esto también me lo dice ahora Unai Emery”.
Durante la entrevista, Gerard Moreno pone como ejemplo a su familia. El canterano del Espanyol, cuestionado por la época de su progenitor como futbolista, confiesa que “yo era muy pequeño y me hubiera gustado tener muchos más recuerdos de él como jugador. A él y a mi madre les debo todo. Mi padre se quedó en Tercera división y cuando yo tuve que abandonar el Cadete B del Espanyol, que parecía que se acababa un sueño, ellos hicieron que lo asumiera con naturalidad y me llevaron por el camino correcto. Tanto mi hermano como yo, que era mediapunta, nos hemos fijado en mi padre. Mi hermano tenía más calidad, yo desde pequeño he sido delantero centro”.