Durante muchos años fue la joya de la cantera del Espanyol. Con solo 15 años debutó con el filial y a los 17, Jonathan Soriano ya se estrenó en Primera división. Había muchas esperanzas depositadas en él, pero se encontró delante con el mejor jugador de la historia del Espanyol, Raúl Tamudo, que jugaba en su posición. Picó piedra, aunque no acabó de aprovechar sus oportunidades. No pudo ser el ídolo perico que tanto se esperaba.
Seis años después de debutar en Primera con el Espanyol dejó el club en el que tantos goles había marcado en la cantera. Se fue al filial del Barça, donde volvió a marcar, y llamó la atención de varios equipos. Apostó por irse a Austria, donde se convirtió en un ídolo en el Red Bull Salzburg. En 2019 regresó a España para jugar en el Girona FC, tras vivir dos aventuras en China y Arabia Saudí, para colgar las botas en el verano de 2021 jugando en el Castellón CF. Con él hemos hablado en La Grada Sports.
¿Qué es de tu vida Jonathan?
Todo bien. Adaptándome a una nueva vida después de ser profesional del fútbol y disfrutando de muchas cosas que no he podido hacer durante todos estos años.
¿Echas de menos el fútbol?
Si te digo la verdad, el jugar no. Acabé muy cansado. Las lesiones me fueron lastrando y llegó un momento en el que no disfrutaba al 100%. Ese fue uno de los motivos por los que decidí dejar de jugar. Sigo jugando con los veteranos del Espanyol, aunque lo que más me gusta de estos partidos no es la pelota, sino el hecho de volver a juntarme con excompañeros que hace años que no veo.
Supongo que echarás de menos marcar goles. Tu no pudiste hacerlos con el primer equipo del Espanyol, pero has anotado muchos durante tu carrera profesional…
No es que me quiera repetir, pero es cierto que me encontré, ya no con el mejor jugador de la historia del Espanyol para mí, sino en el momento en el que estaba. Raúl Tamudo era el jugador más importante de esas plantillas y era determinante. Yo podía venir con mucha fuerza, pero, además de eso, el Espanyol jugaba de una manera totalmente distinta a lo que era. Yo he podido mejorar en muchas cosas, pero con 17 años tenía unas condiciones y he sido todo lo contrario a Raúl. Y el Espanyol estaba muy dado a un fútbol al que Raúl supo sacarle mucho jugo. Las plantillas se van haciendo hacia su delantero, como está sucediendo ahora con Joselu.
Ya que hablas de Joselu, ¿te ha sorprendido su inicio de campeonato?
Sabíamos que es un gran goleador, pero sorprende que en solo unos meses parezca que lleve tres años aquí. No me sorprende que meta goles, pero sí su rápida adaptación a un equipo nuevo.
Tamudo te cerró las puertas, pero en la era Cornellà han seguido casi cerradas para los delanteros canteranos, ya que se han fichado muy buenos delanteros como Sergio García, Osvaldo, Gerard, Stuani, Caicedo, Borja, De Tomás o Joselu…
¡Qué te voy a decir! Con todos los nombres que me has dicho cuesta mucho que salga un canterano. Estamos hablando de jugadores que han ido a la selección y a equipos grandes. A un chaval joven le cuesta mucho quitar la posición a uno de estos jugadores.
La importancia de un delantero es tan grande que en la única temporada que no se acertó en la era Cornellà, el Espanyol acabó en Segunda división…
No es que quiera defender mi posición, pero para un equipo la posición de delantero es importantísima. Para un equipo que su primer objetivo es la salvación es necesario tener un delantero que marque más de diez goles, y si no lo tienes costará lograr la permanencia. La salvación pasa por tener un delantero que te meta goles.
En estos años solo seis jugadores del Espanyol, algunos varias veces, han conseguido más de diez goles lo que demuestra que tampoco es fácil, ¿no?
Hacer diez goles en Primera, si no estás en un equipo europeo, cuesta mucho, por muy bueno que seas. Hay que darle importancia a los siete goles que lleva. Y lo más importante de los goles es que se traduzcan en puntos y los de Joselu están dando resultados.
De todos los grandes delanteros que ha tenido el Espanyol en la era Cornellà, ¿con cuál te quedas?
Creo que Raúl de Tomás es el jugador más completo que he visto con el Espanyol. Lo tenía todo, pero le faltaba la parte de arriba que le fallaba. Por condiciones lo tenía todo. Para realizar una larga carrera y tener constancia, has de tener condiciones, pero, sobre todo, has de tener un poco de inteligencia para saber llevarlo todo. Creo que RDT sabía que era el mejor de la plantilla, pero has de saber llevar esto. Ser humilde.
Cuando tu jugabas había varios jugadores que podían ser los mejores, ¿no?
Sí, estaba Riera, Luis García, De la Peña… estos tres fueron a la selección. Pero había otros importantes, aunque todos sabíamos que el jugador clave era Tamudo por mucho que otros tuvieran más calidad.
Ahora que hablas de estos jugadores, ellos ganaron la Copa del Rey de 2006, en la que tu marcaste dos goles muy importantes antes de salir cedido…
Entre semana jugué la Copa contra el Getafe, al día siguiente salí cedido, y el fin de semana ya jugué con el Almería. Circunstancias que me pasaron. Yo estaba muy bien y Lotina decía que confiaba en mí, pero no tenía sitio. Yo podía pensar que era muy bueno, porque en las categorías inferiores marcaba muchos goles, pero la realidad es que no jugaba con el primer equipo. Desde los 15 años que debuté con el filial, lo jugué todo y por eso tenía ese reconocimiento al llegar al primer equipo. Pero al no jugar tuve que buscar una salida. Me fui con Paco Flores al Almería donde estaba Velamazán, Carlos García, Crusat, Francolí… AL salir por primera vez de casa necesitaba estar rodeado de gente que conocía.
Pasaste por momentos duros, pero nunca dejaste de creer y al final has tenido una buena carrera, aunque en el extranjero…
Yo puedo dar estos consejos de seguir peleando y no esperar la suerte.
Te vas a Austria y, aunque haya gente que diga que es una Liga menor, meter 31 goles en un campeonato no está al alcance de muchos, ¿no?
Soy el primero que entiende que algunos no acaben de valorar del todo mi paso por Austria. Lo que puedo decir es que son goles y de la misma manera que la calidad no es la misma que en España, los compañeros tampoco lo son. Marcar es complicado en cualquier sitio. Cuando llegué al Red Bull Salzburg la gente no sabía donde estaba. Ahora ya es más conocido porque salió Erling Halaand. Yo quedé máximo goleador de la Europa League y nos quedamos en octavos de final. Con esto quiero decir que lo que he hecho también se ha de valorar. Y con eso me quedo.
En Austria si que te valoran porque tu dorsal 26 lo retiraron, algo que no le sucedió a Haaland…
Sí, contento porque te das cuenta de que dejas huella. Me han dado un reconocimiento. Con el paso del tiempo te das cuenta lo importante que fuiste.
Si te pregunto por un gol, seguramente me dirás que hay muchos, pero con el hat-trick es diferente. ¿Hay uno que no olvidarás nunca?
Sí, y es lógico. En todos mis años he hecho varios, pero hay uno que costará que se vuelva a ver. Vi el nacimiento de mi hija por la tarde, corté el cordón, vi que mi mujer y la niña estaban bien, cogí el coche y me fui al estadio. Estaba todo controlado y mi mujer me dijo que podía llegar. Llegué al descanso, me cambié rápido y en la segunda parte marqué tres goles. Fue mi primer hat-trick con Red Bull. Todo perfecto, pero tras unos días estuve una semana ingresado.
¿Qué te pasó?
Un ataque de estrés, después de asimilar todo lo vivido. Es lo que me dijeron.
Hay un dato que me llama la atención. ¿Cómo pudiste ser capitán sin dominar el alemán?
Es un idioma nada fácil. Llegué a un país con un estilo totalmente distinto. Al llegar Red Bull jugaba con un delantero de 2 metros y se jugaba a buscarle por arriba. Era complicado. Pero llegó Roger Smith, que nadie lo conocía, pero cambió el estilo. Más pelota. Acababa de llegar Mané, Campbell…Y al principio de la siguiente me dice que quiere que sea capitán y le comenté que no lo veía porque no hablaba bien el alemán. Austria es un país cerrado y yo era extranjero. Creía que no encajaría, pero él me dijo que lo asumiría todo. Al día siguiente me dijeron que me pusiera las pilas en alemán. Yo en el Espanyol era capitán, pero no hacía de capitán, ya que era muy joven. En mi último partido con el Espanyol fui capitán en el Camp Nou.
Para ir acabando, dices que no echas de menos jugar al fútbol, aunque el fútbol te encanta. ¿Tu futuro pasa más por los medios de comunicación, como te estamos viendo, o los banquillos también te llaman?
Los banquillos no. Lo tengo clarísimo. No quiero menospreciar a nadie, pero pienso que es la salida fácil. A mi también me dijeron que me sacara el carné. Me encanta mucho el fútbol, pero no sé si tengo la personalidad para ser entrenador. Llevar a 25 personas, y sé cómo es el futbolista y lo que pasa en un vestuario, no me veo. La estabilidad que tiene un entrenador es cero. Y yo quiero estabilidad y estar con mi familia. Ahora tengo esto de la tele y me lo estoy pasando muy bien.