En medio del Mundial de Qatar y en unos días en los que en el entorno del Espanyol se habla mucho de centrales, es momento de recordar a uno de los centrales más grandes que han jugado en el conjunto blanquiazul. José Cano López, conocido futbolísticamente como Canito (Llavorsí, Lérida, 12 de abril de 1956 – Pobla de Montornés, Tarragona, 24 de noviembre de 2000)
Hoy, jueves 24 de noviembre, se cumplen 22 años del fallecimiento de un jugador que estaba llamado a hacer historia, pero que sus problemas fuera del campo se lo impidieron como bien relata el libro ‘Canito, el gesto de un rebelde’, escrito por Jesús Beltrán y editado por ‘La Grada’. El libro, que aún puedes encontrar en nuestra redacción, repasa la trayectoria futbolística del ídolo espanyolista José Cano López desde 1976 a 1982, cuando defendió la elástica blanquiazul.
Canito fue uno de los mejores líberos de la época en el fútbol español, siempre elegante con el balón en los pies, y desde su llegada a Sarrià, en julio de 1975, procedente del Lleida se convirtió en una referencia para la afición perica. Llegó con solo 19 años y debutó en Sarrià en 1976 contra el Real Madrid. El Barcelona no tardó en interesarse por él y, aunque lo fichó, el corazón de Canito seguía estando en Sarrià. Regresó al Espanyol, pero sus diferencias con Maguregui propiciaron que volviera a dejar el club. Y, a partir de este momento, su carrera fue a menos.
El espanyolista llegó a ser internacional con la absoluta de España, solo jugó un partido ante Italia en Roma. Pero sus excesos con algunos vicios truncaron la carrera de un jugador que estaba llamado a hacer historia en el Espanyol.