Un año y medio, seguramente, no es tiempo suficiente para cambiarte la vida, pero sí para marcarte mucho. Y eso es lo que le sucedió a José Cobos (Francia, 23/04/68) durante su etapa en el Espanyol. Llegó en diciembre de 1996 y a los pocos meses ya entró, para siempre, en la historia del club al convertirse en el último jugador del Espanyol en marcar un gol en Sarrià. Sus obligaciones en Niza y la pandemia le ha impedido poder disfrutar de un partido en el RCDE Stadium, algo que espera hacer en breve. Con José Cobos hemos charlado en La Grada para recordar ese gol, partido y ambientazo ante el Valencia que no olvidará nunca.
No sé si presentarte como un buenas tardes José o con un ‘José, José Cobos, la lalala la la la… ¿Recuerdas esos cánticos? ¿Qué tiempos?
Claro que recuerdo. Yo he tenido la suerte de tener una carrera muy larga, ya que pude jugar hasta los 39 años, y siempre he dicho que durante mi etapa en el Espanyol, que no llegó a los dos años, fui muy feliz. El 100% de mi sangres es española y quería jugar en España y en mi etapa en el Espanyol viví momentos extraordinarios que recordaré toda la vida.
Voy a contar una cosa que, quizás, no se sepa. Yo me desplacé hasta Valencia para ver la final de Copa del Rey contra el Atlético de Madrid. Siempre he seguido al club y me he sentido muy feliz al ver como llegaban a la final de la UEFA o a las de Copa. Entiendo que después de bajar a Segunda hace dos años no ha sido fácil, pero les deseo lo mejor de cara al futuro.
Solo estuviste una temporada y media en el club, pero fue suficiente para ganarte a todos los pericos…
Sí, y lo noto. Hace tres años que tengo que venir a Barcelona, pero el Covid me lo ha impedido. Es una pena porque quería venir con toda mi familia para recordar los buenos momentos que vivimos en Barcelona. Cada año hay una radio que me llama para hablar sobre ese último gol del Espanyol en Sarrià.
¿Cuánto hace que no vienes a Barcelona?
Bastante. La última vez fue cuando organicé un amistoso contra el Barcelona después del Mundial.
Cuando ve a Zubizarreta le recuerda ese gol
¿Puedo contarte una anécdota?
Sí, claro. Adelante…
Cuando organice ese partido, Zubizarreta era el director deportivo del Barça. En un momento de las negociaciones, cuando estábamos en la mesa, le pregunté si se acordaba de ese gol que le marque. Después durante su etapa en Marsella también le vi y siempre se acordaba. Por eso le he cogido más simpatía.
¿Sigues viviendo en Niza?
Sí. Allí tengo muchas obligaciones. Desde hace ocho años estoy en el ayuntamiento y me ocupo de todo los grandes eventos de Niza.
¿Y continúas pensando que si algún día dejas Niza te vienes a vivir a Barcelona?
Sí, esto es totalmente cierto. De momento pienso venir a Barcelona mucho más que estos últimos años que he estado mucho más atento con mi trabajo. Aquí pasé grandes momentos con la afición, en la ciudad… La gente que vivió a mí alrededor me ayudó a cuidar a los niños y adaptarnos. Mi etapa en el Espanyol no fue muy larga, pero se quedará para siempre en mi corazón.
Yo firmé por cinco años. Durante este tiempo tuve cinco entrenadores y al final fue difícil poder seguir con el último. Son cosas que pasan en la vida y no voy a hablar de ello (se refiere a Marcelo Bielsa). En esos años tuve grandes compañeros como Lardín, Cristóbal, Torres Mestre, Nando, Aldana, Toni… Paro que no quisiera dejarme a nadie.
Ya que me hablas de compañeros, pese a ser un año complicado, había una gran plantilla. Sin ir más lejos, Toni, Cristóbal, Nando, Pochettino, Torres Mestre, José Cobos, Pacheta, Pralja, Arteaga, Lardín y Ouedec fue el último once titular que jugó en Sarrià. Casi nada…
Teníamos un gran equipo, pero hubo momentos complicados con muchos cambios. Como he dicho no pude seguir por un entrenador, pero 20 años después nos hemos visto y no hay ningún problema. Como yo tengo personalidad, en ese momento no fue posible quedarme. Fue una pena. Si hubiera seguido hoy en día seguiría viviendo en Barcelona. Me tenía que haber quedado más en el Espanyol porque ese míster se fue al cabo de muy poco; fue una lástima.
Ese partido ante el Valencia fue una jornada con muchas emociones y sentimientos a flor de piel. ¿Se puede decir que en el momentoque acaba el partido viviste una de las situaciones más emotivas de tu carrera?
Yo he tenido la suerte de ganar la Copa de Europa, Liga, Copa con PSG, pero ese momento fue muy especial. Fue la única vez en mi carrera que le pedí a un entrenador que me sacara del campo. Todo era tan maravilloso, el ambiente, el partido, mi gol… que no quería lesionarme o que me pasara algo durante el partido. Fue uno de los mejores días de mi carrera como goleador y eso que ha marcado bastante.
Los tres jugadores que marcamos habíamos llegado ese año -Pralja, Ouedec y Cobos- Estoy muy feliz de marcar ese gol y es una pena que se derribara ese estadio, ya que era un campo increíble. Pero eso también lo viví con el Niza, en un estadio pequeño pero con un ambiente increíble.
A parte de los recuerdos, ¿te quedaste algo de ese partido?
Si, esa camiseta la tengo siempre en mi habitación y también me lleve un trozo de césped. Le dije a Manolo que, por favor, quería un trozo y lo he guardado durante bastantes años, pero ahora ya no lo tengo.
El Espanyol me caló mucho. Cada domingo miro lo que hace, este domingo sé que perdió contra la Real Sociedad (2-1). Cuando lo veo bien estoy muy feliz como si hubiera jugado toda mi vida allí. A veces tengo la sensación de que he estado allí toda mi vida y solo estuve dos años, que fueron un gran momento de mi carrera.
¿Ese gol ante el Valencia fue el primero como perico?
Sí, y el único. (Risas)
Bueno, no diremos lo del último…
En los entrenamientos marcaba muchos.
Conociste Sarrià y Montjuïc como jugador. ¿Conoces el RCDE Stadium como aficionado perico?
No. Cuando he ido a Barcelona para ver a personas del Barça, he visto el estadio que es una maravilla, pero no he ido. Queda un poco lejos del centro de la ciudad, como en Niza, aunque aquí la ciudad es más pequeña. En Youtube he visto un reportaje sobre lo que han hecho en Sarrià y en Niza también han construido un edificio con apartamentos. Es casi la misma historia.
Me han contado que cuando tu llegaste, Pepe Carcelén que era el entrenador dijo: “Es el extranjero que más rápido ha aprendido el castellano”. ¿Es cierto?
(Risas) Totalmente cierto. Me hizo mucha gracia porque yo ya lo hablaba. El catalán no lo hablo muy bien pero lo entiendo, y gracias a él he aprendido el italiano y a comprender una lengua que hay en Niza que es muy parecida al catalán, el nizardo.
¿Recuerdas tu debut con el Espanyol?
Perfectamente. Yo venía del PSG y no era fácil. Me acuerdo que mi primer partido fue en Tenerife. Cuando vi la calidad del rival y que perdimos 5-1 pené que había hecho. No me imaginaba que fuéramos a perder así. Después de ese partido creo que lo hice bastante bien y estoy orgulloso de mi etapa aquí. Al dejar el Espanyol volví a Francia y en el Niza, donde jugué de defensa central, me enfrenté a Pochettino cuando él estaba en el PSG.
En el Espanyol te faltó jugar en esa posición, ¿no?
Sí, jugué de lateral derecho, izquierdo y en el centro del campo. Aquí aprendí mucha cosa. Pero más allá de lo deportivo aprendí que es un vestuario, cómo manda un capitán y el respeto de los jugadores. Me sorprendió Lardín que fue un capitán con una gran personalidad, a pesar de tener solo 23 años. Desde aquí le mando un gran saludo a Jordi. Me llevé muchas cosas del Espanyol, ya que aprendí mucho. Al volver en Francia en el vestuario hice muchas cosas de las que aprendí en el Espanyol.
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Ya que hablas de Lardín, ese partido ante el Valencia fue su último con el Espanyol en su primera etapa…
Sí, para mí fue un gran capitán. Yo siempre digo que el capitán tiene que ser el que lleva más años en el club. Creo que esto es muy importante.
¿Qué te parecía Pacheta que decía que él era el peor de la plantilla y tenía que hacer muchos esfuerzos para seguiros?
Sé que lo decía. Para mí fue un buen jugador. Yo no lo veía como el peor. He conocido muchos jugadores que al principio de temporada nunca están en los onces, pero trabajando, como hacía Pacheta, siempre acababa jugando. Pacheta es de esos futbolistas que trabajan, son serios y que son muy necesarios en los clubs.
Como futbolista que jugaste en Sarrià. ¿Qué transmitía ese campo?
Me impresionaba el ambiente. Entrar en Sarrià era algo totalmente distinto. El público muy cerca de nosotros. La afición del Espanyol para mi es de las mejores de España; durante esa etapa aquí fui a campos, donde esperaba un gran ambiente, y no era para tanto. En cambio en Sarrià se cantaba cánticos, como ese con el que hemos empezado a hablar. Había mucha animación y los jugadores nos lo dejábamos todo.
El fútbol ha cambiado mucho y sino que te lo digan a ti que llegaste al Espanyol del PSG y mira en lo que se ha convertido ahora…
Mucho. Es increíble. La primera cosa que ha cambiado es que en muchos clubs hay accionariado y cuando vendes un jugador por 30 millones cada uno de estos puede ganar. Después está el problema del agente al que le interesa traspasar jugadores porque no sabe si estarán mucho tiempo con él y después los derechos televisivos. Pienso que debería haber un horario de invierno y uno de verano; para mi jugar el domingo a las 5 de la tarde, donde más he jugado ha sido en España, es el mejor horario para ir al fútbol en familia. Hoy con los derechos de televisión he visto partidos a la 1. Y es una pena. Para mí no son horarios para el fútbol. Para hacer ir a las familias al fútbol lo mejor es el domingo a las 5 o 6 de la tarde.