El diario ‘El Mundo‘ ha dado en exclusiva unas informaciones que son una absoluta bomba, destapando todos los contratos que tuvo Leo Messi en su etapa en el FC Barcelona. Unas informaciones que hacen temblar los cimientos del club azulgrana y de las que se se prometen nuevos capítulos. Pero, ¿qué tiene que ver el Espanyol en todo esto? Pues que uno de los primeros contratos de Messi como jugador azulgrana era absolutamente abusivo y parecido, muy parecido, al que tuvo Raúl Baena en can culé y por el que tuvo que ir a los tribunales para poder fichar por el Espanyol.
Raúl Baena, actualmente en el Kitchee de Hong Kong, llegó al FC Barcelona procedente de la cantera del Málaga CF en la campaña 2003-04 a muy tierna edad. Tras varios años como azulgrana, cuando debía pasar al filial se le comunicó que no se contaba con él pese a tener contrato. Baena llegó a un acuerdo con el Espanyol; el jugador era libre previo pago de 30.000 euros. Pero en un anexo del contrato original, el FC Barcelona se aseguraba que si lo podía despedir sin abonarle un solo euro, mientras si era el propio jugador el que decidía marcharse, cuyo caso era este pese a que el club no contaba con él, debía abonar tres millones de euros. Una extorsión en toda regla.
Finalmente, un Raúl Baena que jugó varias campañas en el primer equipo, pudo firmar y jugar en el Espanyol B, pero tardó prácticamente un año desde su llegada hasta que el Tribunal Supremo dio la razón al ahora experico. Dicho organismo consideró excesivos los tres millones de euros del contrato por diez campañas que firmaron los padres del jugador al llegar al FC Barcelona ya que “compromete la carrera del jugador” y cifró su salida en los 30.000 euros que el futbolista pagó a través del Espanyol.
En la actualidad se ha destapado que dicha maniobra la utilizó el FC Barcelona también con Leo Messi, aunque el argentino no tuvo problemas con ella al hacer carrera como azulgrana. Tal y como ha destapado ‘El Mundo‘, Messi firmó un contrato mediante sus padres a su llegada al club con 14 años en el que si el FC Barcelona decidía prescindir de sus servicios debía abonarle 150.253 euros, mientras que si era el propio futbolista el que abandonaba la entidad debía pagar al club cinco millones de euros. Una extorsión y contrato abusivo que está muy lejos o al menos debería estar del mundo del fútbol. Eso sí, con el paso de las campañas, Messi dio la vuelta a la situación y fue él el que pasó a tener la sartén por el mango.