El mismo día en que el Espanyol visitaba Málaga, Sergio Sánchez anunciaba su decisión de colgar las botas. El ex-espanyolista dejó el Cádiz durante el pasado mercado de fichajes veraniego, rescindiendo con la entidad amarilla tras jugar cedido en el Albacete en el último curso. Una decisión no motivada por edad sino porque según sus propias palabras, había perdido la ilusión por el balón estos últimos años: «El jugador tiene que jugar mientras le hace ilusión. He tenido tres años en los que la filosofía de juego no me hacía disfrutar. Jugar por jugar no va conmigo, no me hace feliz. Llegó mi momento. En estos tres últimos años no he conseguido sentir pasión. Personalmente, por la idea de juego en Cádiz no conseguía disfrutar y me fue apagando pese a que jugué bastantes partidos». A pesar de haber tenido «tres ofertas de Segunda y dos extranjeras» había llegadoa un punto en que «no es sólo jugar, es sentirse identificado».
Este jueves el ex-perico recordaba en el programa Jugones algunos de los momentos más duros que ha vivido como futbolista, relacionados como no con la grave afección cardiaca que le obligó a someterse a una intervención quirúrgica y a un largo periodo de recuperación antes de volver a vestir de corto. El de Mataró reconoce que tuvo miedo a que le pasase como a su antiguo compañero y amigo Dani Jarque o a Antonio Puerta cuando en un partido en que defendía la camiseta del Sevilla contra el Madrid notó como se le aceleraba: «En los primeros minutos Cristiano Ronaldo me agarró tres idas y vueltas, el corazón me latía pero muy fuerte. Era como muy raro. En una jugada en la que me dieron un golpe aprovecho para salirme porque mentalmente estaba fuera. Me pudo el miedo y pedí el cambio. Te llega ese pensamiento, ¿y si me pasa algo?».